Heraldo del Campo

Con los niveles al mínimo y esperando las nubes

La Comunidad General de Bardenas ha logrado terminar la campaña con recursos suficientes, pero las reservas han sido tan justas que el próximo año está en manos del clima.

Imagen de archivo de una explotación de regadió del Canal de Bardenas.
Imagen de archivo de una explotación de regadió del Canal de Bardenas.
C. B.

La Comunidad General de Regantes del Canal de Bardenas ha terminado la campaña cruzando los dedos. La sequía hacía temer lo peor porque los recursos disponibles no parecían suficientes para terminar los necesarios riegos.

"Ha sido un año hidrológico muy complicado", señalan los responsable de esta comunidad de regantes. Y es que las aportaciones totales del río Aragón fueron de 887 hectómetros, un 18,5% menos que en la campaña anterior y un 27,6% inferior respecto a la media de los últimos 10 años. Además, recuerdan desde este organismo, abril fue el mes más seco de la última década. No solo eso. Enero, marzo, junio y agosto fueron los segundos con menos precipitaciones de dicha serie histórica.

Esta situación, detalla la comunidad de regantes, hizo que esta infraestructura entrara en déficit prematuramente a principios de abril, dos meses antes al arranque de la plena campaña y que fuera necesario establecer el reparto de dotaciones cuando el nivel de Yesa era de 370 hectómetros cúbicos "frente a los deseables 410 hectómetros cúbicos que deberían haberse mantenido hasta junio".

Mayo permitió un "ligero respiro" a los cultivos de invierno. Sin embargo, los 360 hectómetros cúbicos con los que disponía el embalse de Yesa obligó a replantear la planificación de los cultivos, "tanto que se dejaron de sembrar importantes superficies de cultivo, mientras que las destinadas al cereal de invierno ascendieron al 45% de las hectáreas ocupadas", señalan desde este organismo.

Gestiones diarias

Pese a un escenario tan complicado y a unas reservas que parecían augurar numerosas dificultades, los regantes del Canal de Bardenas han logrado sortear tan adverso escenario para poder disponer del recurso suficiente con el que aportar agua a sus cultivos.

"La campaña se ha cerrado con cierta normalidad", explican los responsables de este organismo, que reconocen que así ha sido gracias, especialmente, a las gestiones diarias realizadas por todas las partes implicadas: los regantes en sus propias explotaciones, las comunidades de base a través de sus juntas de Gobierno, las comisiones del agua de la comunidad general, el reparto de dotaciones y la explotación de embalses laterales, o las actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro, a través de su junta de explotación y junta de desembalse.

También ayudaron, reconocen, las lluvias caídas durante el mes de septiembre. No ha desaparecido el temor, a pesar de haber salvado la situación. Porque lo que queda ahora no parece suficiente. Dicho de otra manera, la campaña 2016-2017 termina en niveles mínimos y la mirada puesta en el cielo, porque el próximo año las disponibilidades de recurso hídrico en este sistema de riego quedan pendientes de los caprichos del clima.

"Una vez más se refleja la falta de regulación estructural que padece el sistema de Bardenas", insiste este organismo que preside José María Vinué, quien insiste en que "años como este ponen una vez más de manifiesto que el presente y futuro de Bardenas pasa por la terminación de la obra del recrecimiento del embalse de Yesa, la terminación de los Planes Coordinados, la modernización de regadíos y la gestión del recurso".

¿Y las siembras?

Las preocupantes imágenes muestran no solo Bardenas, sino otros muchos sistemas de riego en la Comunidad podría provocar también todo un cambio en el paisaje agrícola. La disponibilidad o no de agua influye en el ánimo y las decisiones de los agricultores que, ante posibles dificultades de riego, optan por cultivos con menos necesidades hídricas, "aunque menos rentables", señalan los productores.

En el otro lado de la moneda, maíz, arroz y algunas producciones hortícolas podrían ser las grandes perjudicadas, ya que se trata de cultivos "que precisan de mucho riego" y que suelen responder a la falta de agua con unos rendimientos muy inferiores, por lo que tampoco resultan rentables.

- Más información en el Suplemento Heraldo del Campo.

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