Heraldo del Campo

El factor humano en la crisis del sector agrícola

Expertos y profesionales del sector han debatido en Alcañiz, La Almunida de Doña Godina y Fraga el futuro de una producción que tiene que buscar soluciones en su propia casa.

Un momento de la jornada organizada por el Departamento de Desarrollo Rural en La Almunia de Doña Godina.
Un momento de la jornada organizada por el Departamento de Desarrollo Rural en La Almunia de Doña Godina.
DGA

Las soluciones a la crisis que atraviesa la fruta de hueso están en casa. Al menos, así se puso de manifiesto durante las distintas jornadas celebradas esta semana en Alcañiz (Teruel), La Almunia de Doña Godina (Zaragoza) y Fraga (Huesca), las dos primeras organizadas por el Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, y la tercera por Editorial Agrícola. Y en todas ellas, los diferentes expertos participantes insistieron en que hay que dejar de buscar enemigos exteriores, dejar de llorar por el veto ruso y olvidarse de llamar constantemente a las puertas de Bruselas. Es el propio sector, dijeron, el que debe de tomar las riendas de las soluciones con las que devolver el dinamismo y la pujanza económica a la fruticultura española.

"La retirada está bien, pero son cacahuetes". Lo dijo David del Pino, consultor experto en mercados del sector hortofrutícola y agricultor. En similares términos se mostró José Antonio García, director de Alimpo, asociación interprofesional del limón y el pomelo), que insistió en que la retirada es una falsa solución. "Es como una aspirina que te quita el dolor pero no termina con el problema", sentenció.

A esta medida de mercado se refirió asimismo el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, para quien al retirada que la UE aprobó el pasado mes de septiembre para España -y que él mismo defendió ante el Ministerio- no ha servido de mucho. Eso sí, reconoció el consejero, ha aportado una importante lección: "cuando el sector va de la mano y también de la mano con la Administración se alcanzan objetivos, porque nadie pensaba que conseguir esas 20.000 toneladas de más fuera posible". Esta coordinación es la que Olona pide de nuevo al sector, ahora para analizar la situación y diseñar un plan de acción.

Los expertos han hablado alto y claro sobre las muchas deficiencias que tiene esta producción, en la que España está a la cabeza mundial y en la que el desequilibrio no se ha producido solo por unas importaciones masivas o por el cierre de un mercado, sino también por un desajuste entre la oferta y la demanda en el propio país. Ahí están las cifras. Las dejó sobre la mesa Ignasi Iglesias, investigador del Parque Científico y Tecnológico Agroalimentario de Lérida, que recordó que el consumo de fruta en España (actualmente en 3,8 kilos por persona al año) ha caído a la mitad en el mismo periodo en el que la producción se ha triplicado. "A este ritmo, en diez años ya no se consumirá melocotón en el país", advirtió.

Hay alternativas

Durante estas jornadas, el sector de fruta dulce no solo pudo hacer autocrítica. Los expertos que participaron en las sesiones también lanzaron propuestas, recomendaciones y alternativas para que la palabra crisis deje de estar tan irremediablemente unida a un sector que llega a emplear en Aragón a más de 15.000 trabajadores.

"La Administración no le sacará las castañas del fuego al sector. Han pasado los tiempos de mirar a las diputaciones, ahora hay que mirar al mercado". Lo dice el economista agrario Tomás García Azcárate, que defiende su apuesta por lo que denomina "factor humano", es decir, en su opinión tiene que ser el sector quien debe tomar las riendas y se siente a discutir y pensar en el futuro.

Hay otras recomendaciones de las que tomar nota. La primera de ellas, lanza Del Pino, es enviar al mercado solo el producto perfecto, "porque si las primeras ventas son de fruta de baja calidad, el consumo no tirará después de toda la producción que está en camino". Es aconsejable, por no decir imprescindible, activar promociones efectivas y tempranas, pero ofreciéndolas únicamente a los distribuidores que repercuten la bajada de precios a los consumidores. "Si no, no nos sirve", insiste este agricultor y consultor.

Del Pino, como reconocieron otros expertos, está convencido de que las protestas no servirán para mucho y vaticina que el futuro del sector estará definido por la biotecnología, por el tamaño, y por "cadenas globales alineadas", algo muy propio del sector automovilístico, que obliga a los proveedores a alinearse estratégicamente con alguna de las grandes marcas reduciendo sus posibilidades de proveer a varios compradores que compiten entre sí. "Son más efectivas y generan más oportunidades, además de crecer en su dominio", sentencia.

- Más información en el Suplemento de Heraldo del Campo.

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