Heraldo del Campo

«La alimentación es clave para disfrutar de una buena salud»

El Obrador de Estadilla, que abrió sus puertas hace dos meses en la localidad oscense del mismo nombre, está especializado en productos sin gluten.

María José Fernández trabaja en su obrador de Estadilla.
María José Fernández trabaja en su obrador de Estadilla.
O.E.

Hacer de la necesidad virtud. Este principio de la filosofía del Estoicismo, que apuesta por sacar ventaja de las desventajas, ha sido el punto de partida del proyecto del obrador artesano que María José Fernández y su marido pusieron en marcha hace unos meses en Estadilla, en la comarca oscense del Somontano de Barbastro.

Pan y repostería casera y natural, con materias primas sin transformación genética, ecológicas en la medida de lo posible y elaboradas con un género procedente del comercio de proximidad. Y lo más importante de todo, son elaboraciones sin gluten y sin lactosa, de ahí que se hayan convertido en apenas cuatro meses en un referente para los consumidores con intolerancia a estos productos.

«Por desgracia, en mi casa, hemos tenido casos de celiaquía y, además de la dureza de los síntomas físicos y psíquicos de esta enfermedad, que en muchos casos es invalidante, también tuvimos que enfrentarnos al problema de no saber qué pan o bollería podíamos tomar. Nosotros ya hacíamos el pan en casa desde mucho tiempo atrás así que decidimos hacer también nuestro pan libre de gluten», apunta Mª José.

Poco a poco, se fueron informando e investigando hasta que, después de muchas pruebas consiguieron hacer un producto de calidad, con buen sabor, pilares sobre los que se sustenta la filosofía de El Obrador de Estadilla (http://obradordestadilla.com/).

Los frutos de tanto esfuerzo vieron la luz el 27 de mayo de este año, cuando hicieron la primera degustación de sus productos en Barbastro. Desde entonces, elaboran, de martes a viernes, entre 20 y 30 kilos diarios de bollos de pan de 200 gramos y bollería dulce, que se sirven en panaderías, herbolarios y tiendas ecológicas de Barbastro, Monzón Huesca, Graus y, desde esta semana, también en Binéfar.

«Nuestra producción es reducida porque trabajamos los productos de modo artesanal, Nuestros panes no fermentan en cámaras de fermentación controladas, si no que reposan durante largo tiempo, siguiendo el método de elaboración del pan de nuestros abuelos. Esto nos permite elaborar un pan mucho más saludable, esponjoso y que se puede comer durante días», matiza.

Su meta ahora no es fabricar más, sino mejor, ya que su filosofía de trabajo está inspirada en la corriente ‘slow’, según la cual comer sano implica comer despacio y comer despacio es incompatible con elaboraciones rápidas. Y lo hacen por una razón fundamental, porque «la alimentación es clave para disfrutar de una buena salud».

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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