Qué le ha llevado a tomar la decisión de dejar la presidencia de la D. O. Somontano?

Después de 25 años he dedicado pasión, entrega y trabajo, lo he dado todo, por lo que creo que es tiempo más que suficiente para dar paso a otro proyecto. Ha coincidido además con un ciclo en el ha habido altibajos. Venimos de un periodo muy complejo con situaciones en las bodegas difíciles y en una coyuntura complicada. Ahora estamos en un cambio de ciclo que ya se puede ver con bodegas a pleno rendimiento, otras que han superado diversas adversidades y que están en marcha con nuevo accionariado. Y los datos son importantes: el año pasado las bodegas de la Denominación de Origen Somontano recogieron toda la uva y ha habido un 10% de ventas de vino. Ese cambio de ciclo debe de verse favorecido por una coyuntura económica y del sector vitivinícola favorable. Ahora hay que colaborar para que la transición sea tranquila y ordenada, y que llegue a la presidencia del consejo regulador una nueva cara que aproveche esta nueva inercia en la que estamos y podamos dar un salto hacia delante importante con nuevas derramas, presupuestos y acciones de promoción.

¿En qué estado se encuentra actualmente esta denominación de origen oscense?

Ahora mismo tiene 4.000 hectáreas de viñedo, 30 bodegas en funcionamiento, que recoge y demanda el 100% de la uva que produce, cosa que no ocurría estos años atrás, y que comercializa el 100% de la uva que recoge. Tiene un reto a corto plazo que es poner en valor toda esa producción. No supone subir los precios si no concentrar nuestras ventas en aquellos vinos que tienen las marcas principales de cada bodega que ya aportan valor y dejar de operaciones de volumen con marcas blancas con grandes superficies para sacar excedentes que ni si quiera aportan valor ni marca. El principal proyecto, que ya lo hemos conseguido, era vender toda la uva producida, y ahora el proyecto más inmediato es empujar la marca para ganar en valor.

Tras el cambio de accionariado en algunas de las principales bodegas, ¿se puede asegurar que el momento de crisis ya ha pasado y la D. O. ha alcanzado su madurez?

Creo que los pecados de juventud que tuvimos ya los hemos dejado atrás, y aun así hemos tenido el atenuante de que han sido pecados comunes en otras zonas de España. Incluso denominaciones históricas como Rioja o Ribera se han visto asaltadas por cientos de proyectos millonarios que no han conseguido sus objetivos y han fracasado. Siguen siendo los grandes valedores las bodegas centenarias que estaban amortizadas y llenas. Para no caer en los errores del pasado tenemos la experiencia. No vamos a duplicar la superficie de viñedo. Y otra la normativa que impide que un viticultor en el Somontano pueda realizar nuevas plantaciones ni comprar derechos más allá de reponer los viñedos que vaya arrancando de su propia explotación. Posiblemente en los próximos años Somontano tendrá que hacer esfuerzos para mantener su superficie no para ampliarla. Eso dibuja un panorama completamente distinto. En el Somontano no se podrá a repetir esos errores.

¿Llegarán nuevas bodegas al Somontano?

Somontano será atractivo pero la coyuntura no lo permitirá. No digo que no aparezca algún proyecto de no mucha dimensión en torno a 40 hectáreas. Serán bodegas diseñadas para aportar valor pero no para vender barato. Nunca grandes proyectos que necesiten plantaciones de 600 hectáreas. La política, la normativa y la experiencia va a dificultar un nuevo desequilibrio como el que sufrimos.

¿Qué peso industrial tiene el sector del vino en la comarca?

Imagina un polígono industrial que unifique Sommos, Laus, Enate, Pirneos, Viñas del Vero, Obergo, pequeñas bodegas… Posiblemente sería uno de los polígonos industriales con mejor estética, mayor superficie y mayor aportación de valor de Aragón en función de la superficie de habitantes, con una comarca de 40 municipios y 22.000 habitantes. A eso habría que unir el trabajo en viñedo, la vendimia, el enoturismo... La comarca tiene 200.000 hectáreas de superficie y 100.000 de cultivo. La denominación de origen incluye 4.000 hectáreas, es decir, que solo el 4% de la superficie agrícola es capaz de influir sobre el 25% del PIB de la comarca. Puede generar 50 millones de euros de facturación pero es que el 100% de la cadena de valor se queda aquí.

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