La presencia de la tecnología en las explotaciones ganaderas no es ninguna novedad. Todo lo contrario. La innovación forma parte del día a día de esta actividad, que ha convertido las técnicas más punteras en una de las herramientas indispensables de su rentabilidad, su sostenibilidad y de la eficiencia de sus negocios, cada vez más mecanizados, más informatizados y más digitalizados.

Esta realidad se ha podido constatar esta semana en la Feria Internacional de Producción Ganadera (Figan) que ha reunido sobre más de 82.000 metros cuadrados del recinto ferial de la capital aragonesa a casi un millar de expositores llegados de cerca de una treintena de países de todo el mundo.

«El mundo camina hacia la automatización y la ganadería no es menos», explicaba uno de los expositores de Figan, que en esta su decimotercera edición ha demostrado además el dinamismo de la I+D+i de las empresas de equipamiento ganadero, de nutrición, de sanidad animal, de soluciones energéticas o medioambientales duplicando el número de novedades técnicas y avances tecnológicos que se han marchado de Zaragoza con un galardón bajo el brazo.

La ganadería innova en todos los aspectos que atañen a la actividad. Lo hacen los sectores productivos que avanzan en el globalizado mercado con paso decidido, como el porcino. Pero también aquellos que como el vacuno de leche se han visto sumidos en una profunda reconversión como consecuencia de la eliminación de las cuotas lácteas y el consiguiente descenso de los precios que esta decisión europea ha provocado.

Ante los estrechos márgenes con los que se trabaja, se innova para ser más eficiente, para producir más con menos recursos, para ahorrar costes sin perder calidad. Se utiliza la tecnología para asegurar una producción cada vez más segura y para avanzar por el obligado camino que comienzan a trazar las cada vez más numerosas normativas que ponen coto al uso de los antibióticos. Se desarrollan equipos para contribuir a la mejora del medioambiente y también para conseguir una mejor calidad de vida de los profesionales de una actividad que exige gran dedicación. Se acude a la tecnología para manejar, incluso con dispositivos móviles, una amplia cantidad de datos que permiten anticipar decisiones, para responder a las nuevas exigencias del mercado y sobre todo para ser productivo sin dejar de ser sostenible.

De todo ello, Figan ha sido el mejor escaparate.

Herrramientas que permiten trabajar de forma automatizada en la lectura del color de la yema del huevo para consumo. Sistema de incineración de cadáveres animales con utilización de biomasa y recuperación de calor reciclable. Una nave para el secado de forrajes que aprovecha la energía renovable. Un sistema automático para cazar insectos que reduce la población de moscas en las explotaciones y facilita su recogida. Una báscula que mejora el control del pesaje diario de los animales para poder precisar su alimentación. Un fitoquímico que mejora el control de diarreas en lechones destetados manteniendo los parámetros productivos y reduciendo el uso de antibióticos. Son algunos ejemplos de una larga lista de las tecnologías utilizadas en las explotaciones ganaderas para mejorar la productividad y reducir costes. Y hacerlo ganando en calidad y garantizando la sanidad y seguridad alimentaria sin perder de vista el bienestar animal y el respeto al medio ambiente.

Muchas de ellas pudieron verse esta semana en el recinto ferial de Zaragoza, donde se celebró la decimotercera edición de la Feria Internacional de Producción Animal (Figan). Entre ellas la galardonada sala de ordeño sin paradas que exhibía el grupo de origen alemán GEA Farm Technologies. Su sala rotativa en la que sus 80 plazas están robotizadas, con la que se acelera el tránsito de los animales permitiendo que cada siete segundos entre un animal en el recinto.

Concebida para trabajar durante 24 horas al día, reduce la necesidad de mano de obra, ya que en cada plaza se realizan de forma automatizada las labores de ordeño pero también de higiene, incluso existe un doble circuito que separa la leche adecuada para el consumo y la que no lo es. «Los rendimientos son espectaculares, donde se necesitaban cuatro personas, con esta tecnología solo es necesaria una», explicaba Enrique Conesa representante de la compañía, que insistía además en que de esta manera se realiza un ordeño de mucha mayor calidad y estable en el tiempo, con lo que consigue «un ahorro económico y una gestión industrial de la explotación».

Con este tipo de tecnología el certamen evidenció que el dinamismo inversor e innovador de la ganadería no es privativo de los sectores con números positivos sino también de aquellos que arrastran una crisis de precios y una dura reconversión.

Pero Figan también demostró que la innovación no es feudo de grandes multinacionales (como GEA) situadas en los más avanzados países del norte de Europa, con facturaciones que rozan los 5.000 millones de euros y plantillas que suman los 17.000 empleaos por todo el mundo. La I+D+i es una apuesta constante en industrias de equipamiento ganadero sea cual sea su tamaño y su situación. Para comprobarlo no hay que salir de Aragón.

Desde Aragón al mundo

Situada en la localidad zaragozana de San Mateo de Gállego, Exafan, que cuenta con una plantilla de 140 trabajadores (a los que hay que sumar 60 montadores colaboradores), dedica a la innovación alrededor de medio millón de euros anuales. Una apuesta que se ha traducido en premiadas tecnologías con las que están presentes en 70 países de todo el mundo. «Hemos desarrollado una plataforma informática con la que se realiza un control exhaustivo de la explotación para tratarla como fábrica», explica Juan Pascual, fundador de la firma. Un control que se realiza en los contadores de agua, de pienso o de energía. Todos estos datos, disponibles en tiempo real, se procesan para poder así tomar decisiones que influirán en los rendimientos, la eficiencia y el ahorro de costes. «Optimizamos las mermas de pienso o también conseguimos evitar penalizaciones y rechazos en matadero», señala Pascual, que explica que la empresa ha invertido dos años en este proyecto.

Otra de sus premiadas novedades es una tolva de cebo que permite regular el aporte de pienso. «No es un sistema totalmente nuevo, pero lo que hemos patentado es el sistema para realizar la maniobra de ayuno», explica el máximo responsable de Exafan. Pascual detalla que cuando los animales tienen que ir al matadero tienen que hacerlo en ayunas. «Una tarea hasta ahora muy farragosa, que exige mucho tiempo y que resulta ineficaz», señala, al tiempo de detalla que además con los sistemas anteriores todos los animales hacían ayuno fuera necesario o no por lo que «perdían peso y además el no comer les producía estrés».

Las innovaciones de Exafan son la respuesta a las demanda de un sector en el que la inversión tecnológica es imprescindible. «Hay más tecnología en una granja que en un quirófano», señala Pascual, que destaca que sobre todo en los últimos cinco años este sector ha dado «un vuelco espectacular». Mucho ha tenido que ver la constante normativa, «aunque a veces solo haya servido para entorpecer», señala el empresario. Pero también ha sido decisiva, insiste, la concienciación «que antes no se tenía» de que hay que producir con eficiencia. «Hay que ser competitivo, porque todo sube menos la cesta de la compra, ya que como se encarezcan los huevos o el kilo de pollo el consumidor la arma», explica Pascual, que insiste en que esa necesaria eficiencia se consigue con datos, con sistemas que permitan vigilar y tener controlada la explotaciones las 24 horas, con sistemas que optimicen la alimentación de los animales y el consumo de energía, al tiempo que minimizan el posible impacto ambiental de la actividad. «Y todo eso te lo da la tecnología», subraya.

Desde una pyme

También en Aragón se localiza Consorcio Mercantil de Huesca (Humeco), una pequeña empresa especializada en la reproducción animal y ecografía veterinaria. Fundada en 1996 con el claro convencimiento de que «el futuro pasa por la innovación», emplea a 18 trabajadores en sus instalaciones del polígono Sepes de Huesca. Es ahí donde investigan y desarrollan las innovaciones con las que ha sido distinguidos en la pasada edición de la Feria Internacional de Producción Ganadera.

«Se llama Bactibag y es una bolsa de plástico para el envasado de semen porcino que evita su contaminación», explica Ángel Escartín, gerente de la compañía, que detalla que con esta herramienta se consigue reducir el uso de antibióticos en las dosis seminales.

A esta innovación se suman también Alphavisión, un sistema de inseminación para vacuno que incluye una cámara; Dario, una pistola de inseminación profesional para ovino que evita el reflujo desde el cuello uterino, y Ecotext, una herramienta «totalmente desarrollada en Huesca y que se ha presentado recientemente en Japón» -señala Escartín- que, a través de una ecografía y un programa informático, permite determinar y programar la fertilidad de los machos.

Con la tecnología de Humeco, el ganadero «reduce sus dosis de antibióticos, evita el reflujo en la inseminación, puede saber el momento óptimo de la inseminación o gana tiempo para determinar si un animal va a ser fértil o todo lo contrario», detalla el gerente de Humeco. Y reitera en que toda esta tecnología tiene como objetivo, y así se ha repetido sin cesar durante los cuatro días de certamen ganadero, alcanzar la máxima eficiencia de las explotaciones ganaderas y con ella la mayor rentabilidad.

Por eso, Escartín reconoce que el sector profesional es muy receptivo a todas estas propuestas que contribuyen a la mejora de la actividad. «Si la novedad es útil, sí se valora», puntualiza.

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