Heraldo del Campo

Los ladridos del Can de Chira vuelven al Pirineo

A principios de este siglo, este perro pastor aragonés estaba a punto de desaparecer. Hoy, la asociación de criadores tiene contabilizados 70 ejemplares

Oza y Guaso, dos de los perros de Miguel Ángel Baquedano, en Bujaruelo.
Oza y Guaso, dos de los perros de Miguel Ángel Baquedano, en Bujaruelo.
M. B.

Hace una década, paseando por varios pueblos pequeños del Pirineo aragonés, Ricardo Azón se encontró con una pareja de perros pequeños, que le llamaron la atención por su color negro y sus manchas claras (grises y blancas), de forma redondeada sobre los ojos. Eran dos ejemplares de Can de Chira, el tradicional perro pastor aragonés que a punto estaba de desaparecer en aquellos momentos como consecuencia de la caída en picado del pastoreo.

Ricardo localizó a un par de hembras y se las llevó a Huesca, donde, con la ayuda de un veterinario de la zona y criador de perros, Ricardo Escar, arrancó el proyecto de recuperar y mantener viva la raza. «Fue un reto muy ilusionante y también muy difícil, porque eran muy pocos los ejemplares que quedaban, y tampoco sabíamos dónde podíamos localizarlos porque no había un censo en ninguna parte. Poco a poco, fuimos localizándolos en distintas zonas de Huesca y Zaragoza y empezamos a cruzarlos para intentar conservar la raza», apunta Miguel Ángel Baquedano, miembro de la Asociación de Criadores de Can de Chira.

En la actualidad, en la asociación tienen registrados alrededor de 70 ejemplares de Can de Chira y, poco a poco, se avanza en su recuperación gracias a la iniciativa de particulares y asociaciones minoritarias. Es el caso, por ejemplo, del propio Miguel Ángel, que tiene dos hembras, Oza e Izas, y un macho, Guaso, con los que ha criado cinco camadas, que han dado como fruto catorce cachorros.

Desde la asociación, se encargan de las adopciones y de gestionar la lista de espera. Hacen un seguimiento de los perros que hay y también de los cachorros que nacen, con el fin de cubrir la demanda de personas que solicitan tener un ejemplar de Can de Chira en su casa, a un precio que oscila entre los 150 y 200 euros, cantidad en la que se incluye el registro y la colocación del microchip por parte del veterinario.

«Nuestro objetivo es que estos perros tengan una finalidad funcional, es decir que trabajen como perros pastores, su verdadera razón de ser. Son animales muy nobles, inteligentes, disciplinados y cariñosos, por lo que resultan muy adecuados para las labores de pastoreo», matiza Baquedano.

Además, desde la asociación, aprovechan la celebración de encuentros ganaderos, como la Feria Internacional para la Producción Animal en Zaragoza (FIGAN), para darlos a conocer.

Perros truferos

El último reto de la asociación es conseguir que el Can de Chira se convierta también en un perro trufero. Para conseguirlo han mandado un ejemplar a Teruel para que se familiarice con esta tarea.

«En estos momentos, tenemos una gran demanda, tanto para labores de pastoreo como de localización de trufas. Desde la asociación estamos muy satisfechos al ver que la gente que tiene estos perros está encantada con ellos. Pero, sobre todo, estamos muy orgullosos de contribuir, con esta recuperación, a conservar la herencia de nuestra tierra y preservar algo que estaba ahí, pero que, por culpa del progreso y una evolución hacia lo foráneo, a punto ha estado de desaparecer», apunta Baquedano, quien insiste en la importancia de «concienciar a la gente de mantener nuestras raíces».

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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