Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Del arado al smartphone para cultivar las tierras

El sector agropecuario está viviendo una gran revolución en el campo de las nuevas tecnologías. Un estudio investiga en Teruel el uso de internet para mejorar rendimiento.

Marcos Garcés con su tractor, al que ha incorporado nuevas tecnologías.
Marcos Garcés con su tractor, al que ha incorporado nuevas tecnologías.
A. G.

La agricultura ya no es sinónimo de antediluviano. Este sector, antaño asociado a lo más tradicional de la sociedad, ha dado un gran salto y está dispuesto a sumergirse en el mundo de las nuevas tecnologías, con la implantación de novedosos sistemas y maquinaria, en algunos casos, de última generación. Todo ello, con el objetivo de mejorar rendimientos y al mismo tiempo, «normalizar» la vida de los agricultores, hacer de esta una profesión más amable y atrayente a las nuevas generaciones, como asegura el coordinador de las juventudes agrarias de COAG-UAGA, Marcos Garcés.

No en todos los territorios el sector primario vive esa gran revolución en el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC). Precisamente, para comprobar el nivel de implantación de internet en el mundo agrícola turolense, la profesora del Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza, María Ángeles Rubio, va a iniciar un trabajo de investigación, que ha obtenido una ayuda del Instituto de Estudios Turolenses.

El informe abordará en un primer paso un trabajo de campo con encuestas a agricultores de Teruel que permitirá conocer el grado de utilización de dispositivos móviles. Continuará con una revisión de todas las aplicaciones para telefonía móvil que hay en España y que pueden ser útiles para las actividades agrarias. El objetivo último consistirá en analizar la repercusión del uso de internet en el medio rural turolense, y, más concretamente, en la agricultura. «Pretendo evaluar –argumenta la investigadora– en qué medida la productividad de las explotaciones puede verse favorecida por la introducción de estas tecnologías».

La incorporación progresiva de estos medios al mundo rural –aparatos de telefonía móvil de última generación, en primer lugar– tiene que ver, según aclara María Ángeles Rubio, al relevo generacional que se está produciendo en el campo, en algunos territorios en mayor medida que otros, si bien Teruel no es de los más favorecidos por esta situación. Pero, además, asegura que resultan atractivos por tratarse de «dispositivos muy fáciles, muy accesibles e intuitivos». La profesora considera que pueden ser una buena herramienta «para zonas aisladas y campos dispersos, como se caracteriza la provincia de Teruel».

Marcos Garcés pertenece a las nuevas generaciones de agricultores y reconoce que en sus explotaciones de la comarca del Jiloca utiliza las nuevas tecnologías que le facilitan las tareas del campo. La tablet y el software son herramientas habituales en su quehacer diario, lo que le permite controlar, entre otras cosas, las granjas de porcino que están totalmente informatizadas. «Se puede alcanzar mayor productividad –asegura–, ya que es posible regular  y cambiar a distancia parámetros de alimentación o de humedad en el ambiente en función de una serie de variables».

Garcés sostiene que el sector  primario es actualmente «uno de los más innovadores en materia de nuevas tecnologías», y subraya que las grandes empresas que investigan en este campo tienen «un importante nicho en la agricultura». En estos momentos se pueden encontrar en el mercado drones equipados con cámaras y sensores para el seguimiento de los cultivos, robots con marcadores celulares o sistemas de siembra y de fertilizantes muy avanzados. No obstante, su implantación generalizada tropieza con no pocos obstáculos, como sus elevados costes o las deficientes redes de distribución. En Teruel, por ejemplo, la fibra óptica no llega a todo el territorio y la conexión wifi presenta grandes lagunas y falta de cobertura. Según el agricultor, escasea, además, «formación e información» sobre estas tecnologías.

Investigación
Ayudas. La investigadora María Ángeles Rubio realiza un trabajo becado por el Instituto de Estudios Turolenses.

Trabajo. El estudio tiene como objetivo final comprobar en Teruel cómo las nuevas tecnologías de la información pueden favorecer el incremento de productividad.

Implantación. Un trabajo de campo evaluará el grado de implantación de dispositivos móviles y sus aplicaciones en el sector agrario turolense.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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