Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Las plantas más comunes convertidas en curiosos juguetes

Investigadores del CITA acaban de editar el libro ‘Diviértete con las plantas’ para poner en valor juegos relacionados con el medio natural.

Ana Isabel Marí, Joaquín Aibar,  Alicia Cirujeda y Gabriel Pardo, los autores del libro.
Ana Isabel Marí, Joaquín Aibar, Alicia Cirujeda y Gabriel Pardo, los autores del libro.
Carlos Muñoz

Cuando era pequeña, a Alicia Cirujeda, investigadora del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), le encantaba hacer barcos con los juncos que encontraba en las orillas del río de su pueblo, Huesa de Común, en plenas Cuencas Mineras (Teruel). Cogía tres juncos gordos, que le servían como guías, los ataba en los dos extremos y luego iba rellenando con otros juncos hasta que el tamaño del barco era lo suficientemente grande como para que cupieran un par de muñecos en su interior.

Años después, ya adulta, Alicia acude a su pueblo con mucha frecuencia, acompañada de sus dos hijos pequeños, y en estos viajes se fue dando cuenta de que «los niños, en general, tienen muy poca relación con el medio natural que les rodea», asegura.

Y fue este pensamiento el que le llevó a editar el libro que esta semana ha visto la luz ‘Diviértete con las plantas’, que cuenta con el apoyo del CITA y otras entidades, y en el que enseña a los más pequeños juegos y manualidades que tienen como base plantas comunes, de las que vemos cada vez que salimos al campo y que para muchos son totalmente desconocidas.

Ayudada por el resto de autores de este trabajo, Gabriel Pardo y Ana Isabel Marí (investigadores en Malherbología); Joaquín Aibar (profesor de la Unizar); y María León (bióloga), Alicia ha conseguido que, gracias a estos juegos, las plantas dejen de ser un elemento pasivo para incorporarse activamente en los juegos y entretenimientos que a ellos les enseñaron sus abuelos, padres o tíos.

«Siempre que hemos ido de excursión nos hemos dado cuenta de que muchos niños no saben jugar con cosas que se salgan de la pelota o los dispositivos electrónicos, cuando la realidad es que, con un poco de tiempo y dedicación, a todos les encanta aprender cosas. La finalidad de este libro es que conozcan las plantas, porque cuando conoces algo lo llegas a querer y proteger y ese es nuestro reto, que con estos juegos y actividades los niños aprendan a querer y proteger el medio natural que les rodea», apunta Cirujeda.

Para motivar más la experiencia de juego y la interactividad, los usuarios que compren este libro, que se puede encargar en el e-mail divierteteconlasplantas@gmail.com, dispondrán de 30 fichas que incluyen un vídeo en código QR en el que se les explica cómo fabricar el juego o podrán comprobar en directo cómo suena ese instrumento musical que han confeccionado con una simple caña o las semillas del árbol de los farolillos ( Koelreuteria paniculata).

«Es un trabajo muy recomendado para todos los niños, independientemente de la edad que tengan», matiza Gabriel Pardo, quien recuerda que sus pasatiempos preferidos de pequeño eran los molinillos y el arco lanzador, con el que jugaba «a hacerse mal con los amigos, pero no pasaba nada, todo lo contrario, nos divertíamos muchísimo», indica.

La mayoría de los juegos que se han ideado con estas plantas son recuerdos de infancia de sus autores. Así, se pueden encontrar pasatiempos propios del Pirineo, el Maestrazgo, o los pueblos próximos al Moncayo, como Magallón. Pero este volumen también se ha enriquecido con la aportación de otros juegos de Cataluña y Alemania e Ibiza, isla de la que procede Ana Isabel. «Son pasatiempos que nos devuelven a nuestra más tierna infancia, cuando disfrutábamos con nuestros hermanos, en el campo, jugando con cualquier cosa, con un trozo de cáñamo o con unas pulseras y collares hechos con frutos de sabina negra», matiza Ana Isabel.

Para hacer posible este trabajo, sus cinco autores han invertido mucho tiempo y muchos recursos, incluso económicos, ya que «es muy complicado conseguir financiación para nuestros proyectos. Este libro y otros muchos trabajos los hacemos a largo plazo y de forma muy vocacional, pero confiamos en que llegue al mayor número de personas», concluye Aibar.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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