Cuidar los lagos de alta montaña

El grupo de investigadores ha establecido un elenco de buenas prácticas para actividades en los alrededores de ibones. Era uno de los objetivos establecidos en el trabajo que ahora realizan para el Instituto de Estudios Altoaragoneses, –“Valoración del estado de conservación de dos ibones situados en el Pirineo oscense, Baños y Sabocos: diagnóstico, análisis comparativo y propuestas para su gestión”–, y que es el que ahora les permite seguir en el proyecto, en el que participa la Fundación Boreas y todos los departamentos de la Universidad de Zaragoza a los que pertenecen los investigadores.


«Muchas de las afecciones sobre los ibones se hacen por desconocimiento del daño que se crea, queremos que la gente de la zona sepa cómo debe actuar para conservarlos», explica Alfonso Pardo. «En una inmersión encontramos todo el fondo alfombrado de vasos de plástico, mondas de naranja, etc. Los excursionistas los dejan tirados y el viento los conduce hasta el agua. Tenemos que ser más respetuosos en la montaña», añade.


Hasta ahora no han encontrado un ibón que no tenga contaminación en algún grado. «Estamos en búsqueda de un lago que no tenga rastros de acción humana», explica Pardo. No se conoce ninguno, pero «estoy seguro de que lo encontraremos», afirma.


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