Teruel vive una especie de carnaval estival con el desfile de disfraces que, cada domingo de La Vaquilla, precede a la merienda de la Plaza de Toros. Miles de peñistas recorrieron el espacio que separa el Centro Histórico del coso taurino precedidos por sus pancartas identificativas y charangas. La mayoría de los participantes en el cortejo iban disfrazados de personajes o grupos de actualidad o inspirados en el cine. La comitiva festiva estuvo encabezada por los miembros de la Corporación municipal, precedidos por alguaciles y maceros. El alcalde y los concejales cambiaron sus indumentarias de calle por el típico traje vaquillero, aunque sin renunciar a la banda que los identifica como ediles.

La Plaza de Toros se llenó con el numeroso público asistente y con los miembros de las 11 peñas que, por turno, tienen derecho a participar en la merienda. Las 7 'expulsadas' por falta de espacio organizaron una multitudinaria verbena festiva junto a la fuente de Torán.

Además de un lugar para merendar los típicos regañaos -una coca salada típica de Teruel-, el recinto taurino sirvió de marco para la presentación ante el público de los cinco toros de la ganadería de Teodoro Adell que protagonizan el festejo de los toros ensogados, que cierra el programa oficial de actos y que constituye el ingrediente más característico de las fiestas de Teruel.