Fin de fiestas

Lo mejor y lo peor del Pilar 2012

El ambiente en las calles y el tradicional acto de la Ofrenda son lo más valorado por los zaragozanos. La suciedad, el pregón y la movilidad se sitúan en el otro extremo.

Actividad en la Carpa del Ternasco.
Lo mejor y lo peor del Pilar 2012
P. B.

A tan solo unas horas de que finalicen estas Fiestas del Pilar, algunos tienen ya claro cuáles han sido sus actividades favoritas y lo que habrían cambiado.


La popular Ofrenda de Flores se sitúa un año más entre los acontecimientos más valorados por los zaragozanos, la mayoría "hiptonizados" con su nuevo traje carmesí. "Cambiarle el manto a la Virgen ha sido un éxito. Estaba más guapa, se veía más... a mí es lo que más me ha gustado", afirma tajante la zaragozana Rosario Soriano. "Es que nuestra Pilarica es nuestra Pilarica", añade entre risas Marta Palomar, vecina de la capital.


El ambiente en las calles, con una participación masiva en todas sus actividades, sorprende gratamente a los que vienen de fuera. "Son impresionantes las Fiestas del Pilar, el movimiento de gente que se ve, las actuaciones en la calle, las tascas... todo está muy bien", confesaba un matrimocio de Barcelona. "¿Lo que más me ha gustado? La calle y la cantidad de gente que hay por todos sitios", contaba por su parte Pere, de Gerona. "Lo que no me gusta es que se mezcla la fiesta con la religión, que está todo concentrado, demasiado mezclado", dice este forastero. "Hay que hacer dos Pilares: uno pagano y otro religioso. Así dos semanas de fiesta", bromea su amigo.


Por el contrario, para Ruth Bailón, venida con su familia desde la capital, "ha estado precioso todo". "Las artesanías, la música en las calles, las bandas que andan por todos lados... ¡Aquí toda la semana es una fiesta!", exclama sorprendida.


Según ha informado el Consistorio zaragozano, unos tres millones de personas han participado en las actividades convocadas durante estas Fiestas del Pilar; el 81%, de carácter gratuito. "Se agradece que se organicen estas cosas porque ponen de relieve que la cultura es un derecho para todo el mundo", señalaba la madrileña Bárbara Zaragoza, entre los asistentes a un concierto en la Plaza del Pilar.


Otro de los éxitos de este año ha sido la tradicional Carpa del Ternasco, donde se han servido más de 50.000 preñaditos, 20 toneladas de churrasquitos y unos 20.000 bocadillos. "Hay gente que igual que va a la Oktoberfest se guarda un día para venir aquí y tomarse su bocadillo -un euro más caro este año-", explica Jesús Blancas, el cocinero. Los 30.000 vales repartidos en las carnicerías zaragozanas han garantizado el éxito de esta pequeña tapa de loganiza, que tampoco ha hecho sombra al producto típico. "Ha habido días que hemos vendido 500 kilos de churrasquitos", precisa Blancas.

En el otro extremo: la movilidad, el pregón y la suciedad

En el capítulo de "errores", se sitúan la movilidad, la suciedad en las calles y la ya criticada versión del Canto a la Libertad que se oyó durante el pregón. "Cantar así a Labordeta el día del chupinazo fue un desacierto... el flamenco es bonito pero en su sitio", opina Antonio García. "El desfile del pregón fue vergonzoso, y cómo queda todo después de los conciertos es una pena", lamenta Irene Laserrada.


Para otros, el transporte urbano es otro de los aspectos conflictivos durante las Fiestas del Pilar. "Aquí lo peor son los autobuses porque las paradas están muy mal indicadas, donde paran no ponen los que son y, en general, van muy mal", insiste Pilar, acostumbrada a la tranquilidad de las calles de Ejea. También Marta Palomar, vecina de la capital, reconoce los problemas de desplazamiento que ha tenido estos días para moverse por la ciudad. "Ahora que han abierto Puerto Venecia y dependo del 31 y el C4 -por el colegio de los chicos- me ha ido fatal. El miércoles tuve que dejar pasar tres autobuses para poder subir a mi barrio", cuenta esta vecina de la Paz. Por su parte, Patricia Dancharinea -con dos niños pequeños- considera que en su caso "lo peor es la movilidad, porque no sabes dónde ir y es difícil moverse en fiestas con un carro grande".


Pese a todo, los de aquí y los de fuera siguen tomando las calles aferrándose a última hora de la noche para despedirse de estas fiestas. La traca final de los fuegos artificales puso la guinda a unos pilares que han batido un año más su récord de afluencia.