Estas fiestas del Pilar los cabezudos muestran su imagen más divertida

HERALDO regala las caretas, diseñadas por Víctor Meneses, de cuatro de los cabezudos más populares de la comparsa de Zaragoza.

La comparsa de gigantes y cabezudos es una de las tradiciones festivas más antiguas que se conservan en Zaragoza y, seguramente, la más esperada en las fiestas del Pilar por pequeños y no tan pequeños. Estas ‘cabezotas’ siguen triunfando generación tras generación y HERALDO quiere rendirles homenaje, regalando a los escolares de la capital cuatro caretas de sus cabezudos más emblemáticos.


Víctor Meneses, miembro del equipo de maquetación y diseño de HERALDO, desde hace nueve años, y creador de las caretas, tiene muy claro por qué siguen triunfando estos personajes entre los niños: "Muchas series infantiles presentan una estructura parecida: un grupo de personajes con diferentes características e historias, que se juntan para un fin. Salvando las distancias, creo que tienen una estructura parecida a ‘Los Vengadores’, ‘Mani Manitas’ e, incluso, ‘Barrio Sésamo’". Por eso no es difícil entender su éxito, ya que "los cabezudos son, para muchos niños, sus héroes", añade Meneses.

Pasión por las fiestas

Meneses lleva años tratando de modernizar la imagen de estas figuras tan queridas en la capital aragonesa porque lo antiguo no tiene por qué estar reñido con lo nuevo. "Cuando te paseas por las tiendas de ‘souvenirs’ de la plaza del Pilar –comenta Víctor–, se puede observar que estas no ofrecen una imagen moderna y cercana de los iconos de Zaragoza",


Gracias a su ingenio y al diseño gráfico, Meneses ha creado unos cabezudos renovados: "Con un aire ‘naif’ –explica–, intento acercar la tradición a nuestros días, dando una imagen más actual".


La vinculación de Meneses con las fiestas del Pilar viene de lejos, y no solo porque es zaragozano, sino porque ganó el concurso del cartel de las fiestas en 2012. Su jotera, que admiraba el Pilar mientras nos daba la espalda y mostraba un manto impregnado de símbolos ‘mañicos’, se reprodujo en carteles, programas, anuncios, camisetas... y se ha convertido en ejemplo de su estilo: trazos contundentes, colores enérgicos y sonrojados pómulos. Con estos elementos ha conseguido un nuevo diseño de los cabezudos, que ahora lucen una expresión mucho más simpática.

Cada día,una careta con HERALDO

Este año, para celebrar las fiestas del Pilar como se merecen, con la compra de cada ejemplar del diario, desde el 13 hasta el 16 de octubre, HERALDO DE ARAGÓN obsequiará a los escolares de Zaragoza capital y de los barrios rurales con las cuatro caretas de cartón. Diseñadas por Víctor Meneses, representan a los cuatro cabezudos más populares de la comparsa zaragozana: el Morico, el Berrugón, el Boticario y la Pilara.

Calendario de entregas
Martes, 13 de octubre: el Morico.

Miércoles, 14 de octubre: el Berrugón.

Jueves, 15 de octubre: el Boticario.

Viernes, 16 de octubre: la Pilara.


Historia de los cabezudos de la comparsa de Zaragoza

Inicialmente, los cabezudos fueron de cartón –como las caretas– ahora, se emplea fibra de vidrio o poliéster para hacer las populares cabezas. Pero, sea cual sea el material, los rasgos de estos personajes son, y serán siempre, inconfundibles.


El irascible Boticario, el cabezudo más temido"Boticario, canario, garras de alambre, tiene una criada y la mata de hambre". Este es el cántico que más enoja al iracundo boticario, cuya identidad real se la disputan tres candidatos, aunque todo apunta a Tomás Bayod, propietario de una farmacia en la calle de Alfonso. Los otros dos aspirantes a Boticario son el acaudalado Pedro Alonso Pérez y el jurisconsulto Félix Bartolomé Guillén y Carabantes, amigo de Félix Oroz, creador de los cabezudos del s. XIX.


Las temerosas cejas y patillas del Boticario, lo convierten en el más temido de los cabezudos. Pero, aunque la mayoría de estos personajes parecen muy malhumorados, Meneses no ha podido evitar dulcificar sus expresiones: "Este es mi cabezudo favorito; en mi opinión, el Boticario no es tan malo... ¡Pero si tiene una cara de bueno que no se puede aguantar!".

El Morico, reclamado siempre por la chiquilleríaTodos los niños que se enfrentan a los cabezudos, lo hacen siempre con cierto temor. Ese miedo, heredado de padres a hijos, se supera tras la primera carrera o después de recibir el primer varazo ‘culero’. Valientes o temerosos, a los niños siempre les despierta curiosidad el Morico, gran perseguidor que siempre acaba por hacerse su amigo. El Morico pone el toque de color a la comparsa y, desde antaño, representa lo diferente y lo variado de las culturas de todo el mundo. "Al moro le gusta el vino, al moro le gusta el pan, al moro le gusta todo menos ir a trabajar", reza la cancioncilla que más logra enrabietarlo; y es que se piensa que representa a un mozo de cuadra que llegó de Cuba con el conde de la Viñaza. Su relación con el cuidado de caballos explicaría su atuendo, tipo jinete, con visera y botas altas.

La Pilara, una cabaretera ‘made in Zaragoza’La Cigarrera del Tubo le ha arrebatado el puesto este año, al convertirse en la última incorporación de la comparsa de Zaragoza. Pero a La Pilara nadie le disputa el título de cabezuda más conocida y querida por los zaragozanos.


La Pilara representa a Pilar Lahuerta Cajo, vedet del Salón Oasis de Zaragoza, que hacía pareja artística con Pepe Susepet. Esta mujer del espectáculo se convirtió en el noveno cabezudo en 1982 y su cabezota fue esculpida por Francisco Rallo. De este personaje llama la atención su vestimenta. La Pilara lleva un vestido rojo de cabaretera, al estilo años 20, con flecos y diadema incluida. Pasea al mismo tiempo que reparte varazos.

Al Berrugón, le pican los mosquitos ... y los niñosLos cabezudos son, ante todo, caricaturas, retratos exagerados de personajes que, supuestamente, existieron en Zaragoza y a los que se reprodujo incidiendo en sus defectos más banales. Por ejemplo, una verruga en la mejilla identifica y da nombre al Berrugón, que, en este caso, se escribió con ‘b’.


Representa a un corregidor zaragozano, que aparece ya en la comparsa de 1841 junto al Tuerto, al Forano y al Morico. Su coplilla es, seguramente, la más conocida y dice así: "Al Berrugón le picaron los mosquitos y se compró un sombrero de tres picos". Sin embargo, lo que de verdad molesta al Berrugón son los niños a los que persigue y atemoriza con su pavorosa expresión. Hay quien no ha superado todavía el miedo a este personaje. Para ello, existe un truco infalible: acercarse a la boca del cabezudo y descubrir con sorpresa, en su interior, una mirada amiga.

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