Las mejores galas y flores, para la Virgen del Pilar

La lluvia ha pillado desprevenidos a algunos de los más de 200.000 asistentes.

Miles de personas han acudido a la Ofrenda
Las mejores galas y flores, para la Virgen del Pilar
L. Uranga

Con un ojo en el cielo y otro en el manto. Así andan hoy todos los oferentes, que desde las 7.30 confluyen en un mismo punto: la plaza del Pilar en la que es la ofrenda más larga de la historia.


Los más madrugadores no han tenido grandes problemas para llegar hasta la Virgen. "Hemos salido a las 8.40 de Santa Engracia y hemos pasado sobre las 10.00. Ha ido muy fluido hasta llegar a la plaza", explicaba Esther, una sevillana que lleva 18 en Zaragoza. "Hoy voy de aragonesa, pero mañana, en la Ofrenda de Frutos iré de andaluza", señalaba. Aunque frutos, precisamente, hoy tampoco les faltaban. "Llevamos en la cesta chocolate, longaniza, pan...". Su niña, África, de dos años, estaba cansada pero emocionada. "La Virgen es muy guapa y muy grande y le he dicho te quiero al pasar".


Esther no es la única 'forana' que comparte la tradición de la Ofrenda. Gentes provenientes de toda España y del extranjero, en especial de los países hispanoamericanos, no han querido perderse este acto. "Soy peruano, pero vivo en Madrid desde hace 20 años", indicaba Enrique, que por quinta vez venía a Zaragoza con su traje típico para traer flores, acompañado de Cristina, ella sí aragonesa. "Me gusta que está abierta a toda la gente y a todos los países", indicaba él.


Por ejemplo, de Albania, de donde viene Eriola con su hijo Mario. "El año pasado vino de albanés, pero este año ha querido de maño", explicaba Eriola. El suyo es un traje espectacular: "Lleva una camisa, el chaleco, una cintura y un pantalón", enumeraba. Aunque el espectáculo total es el de Erika, una paraguaya afincada en Madrid, que llevaba sobre su cabeza tres botellas de vidrio. "Es puro equilibrio", aseguraba. "Es el primer año que vengo a la Ofrenda y es muy bonita, hay mucha gente".


Mayores y niños visten sus mejores galas para acudir a la ofrenda, sacando mantones y vestidos del baúl de la abuela o nuevas creaciones. "La enagua es de la abuela; la falda, de la tía, y el bobiné, un regalo de la abuela", explicaba María Jesús, quien acudía con su hija Erica y su marido. "El de ella, está hecho por su tía, hasta las alpargatas". Otros han rebuscado incluso más. "Es de la época de mi tatarabuelo", subrayaba Esther, vestida de ansotana por primera vez este año, aunque acude a la ofrenda desde que tenía 11 meses.

Una ofrenda con premios

Tan bello y antiguo es su traje que el jurado del concurso no ha podido menos que inscribirla. "Nos fijamos no en los más ricos ni originales, sino los que tienen más armonía, en las telas y en la forma de ponérselos, sin elementos discordantes", indica Mercedes Souto, técnico de etnografía de la DGA y miembro del jurado. "He visto mantones muy especiales, de los bisabuelos, y trajes interesantes, de Ansó, La Ribagorza o el Valle del Ebro", adelantaba, aunque no será hasta después de la Ofrenda cuando eligirán al ganador. En general, ve buen nivel en los participantes. "La gente viene con ilusión y viste a su gusto, solo hay que ver sus caras cuando llegan a ver a la Virgen", asegura.


La novedad este año es el concurso de canastillas y ramos, con más de 50 participantes a mediodía. "Buscamos la originalidad, el colorido y, por último, la técnica", afirma un miembro del jurado. Entre sus preferidos, "uno con forma de abanico, con estructura de alambre, y otro con forma de paraguas, que llevaba un niño".

Oferentes... y público

Los participantes duplican a los espectadores, pero unas 150.000 personas pasan en algún momento por las barreras, en especial en la plaza del Pilar y la calle Alfonso. "Llevamos aquí desde las 8.30", aseguraba María Dolores, venida desde Sabadell para disfrutar de las fiestas. Desde su posición privilegiada frente a la Virgen, indicaba que le hacía mucha ilusión acudir. "Me encanta".


De paso entre Cataluña y Zamora habían llegado Verónica y Almudena, madre e hija, a las que les gustaba "todo". "Los trajes lo que más" indicaba Almudena. Y desde Barcelona llegaban Conchi y su pareja. "Me parece muy bonito. Hemos venido porque me hacía gracia, siempre lo veía por la tele". 

Algunos retrasos

Durante la mañana, algunos oferentes se quejaban de "casi dos horas de retraso", aunque desde el Ayuntamiento se hablaba de media hora, y cubrir el trayecto entre la plaza de Aragón y la del Pilar costaba unas tres. A mediodía, la situación se arreglaba y Nacho, un oferente de Jarque del Moncayo aseguraba que "este año está muy bien organizado". Para él, la clave era las pegatinas que llevaban los grupos. "Funciona muy bien y el año que viene lo hará mejor", auguraba. Además, aunque sean varias horas de estar de pie "se puede aguantar, porque se pasa muy bien", indicaba Paquita.


La tan temida lluvia ha hecho presencia a primera hora de la tarde. Primero cuatro gotas que han llegado en el mejor momento, cuando pocas personas fuera de grupo llegaban a la plaza, pero que sobre las 17.00 se han convertido en un chaparrón que ha pillado a muchos desprevenidos. "Todo el día ha hecho bueno, para que justo llueva los cinco minutos que pasamos", se quejaban Charo y Salva. Sin embargo, también le veían el lado positivo. "Quizá sea presagio de algo bueno", declaraban.