Las fiestas del Pilar no serían lo mismo sin ellos. Son los gigantes y cabezudos de la comparsa zaragozana, que este año protagonizan los trípticos que regala cada día HERALDO. Pero el Morico, la Pilara, el Berrugón y compañía también son las estrellas de otras muchas iniciativas festivas.

Así, por ejemplo, este año se han convertido en juguetes para que los niños puedan disfrutarlos más allá de la semana festiva. Los ‘padres’ del proyecto son los hermanos Isabel y Javier Escudero, que han bautizado a sus muñecos como los Zagazudos. Están hechos de goma, un material perfecto para resistir los golpes sin hacer daño a sus jóvenes propietarios. Los primeros

Los Zagazudos son el primer juguete oficial de los cabezudos aragoneses. De momento, los hermanos Escudero solo fabrican los modelos del Morico y la Pilara, pero está previsto que la colección crezca poco a poco.

La comparsa al completo protagoniza otra novedad de las fiestas. Se trata del libro ‘Pequeña guía ilustrada de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza’, escrito por la periodista Rosa Balaguer, con ilustraciones de Beatriz Barbero-Gil. Pensado sobre todo para los más pequeños, repasa con mucho humor todos los gigantes y cabezudos e incluye anécdotas y detalles relacionados con esta tradición.

El libro, editado por el Ayuntamiento de Zaragoza, está a la venta en el Torreón Fortea y en un carrito que, cada día, sigue a la comparsa en sus apariciones estelares por todos los barrios de Zaragoza. 

Otro cuento promete desvelar todos los secretos de uno de los cabezudos. ‘El Torero. La historia jamás contada’ es una "biografía no autorizada" de este personaje, según su autor, Míchel Suñén. La obra, editada por la aragonesa Delsan, cuenta con ilustraciones de Ignacio Ochoa.

Esta tarde, a las 19.30, en la librería Los Portadores de Sueños, hará su presentación oficial. El libro es el quinto de una colección que, en años anteriores, ya ha retratado al Berrugón, al Forano, al Morico y a la Pilara. Y el objetivo es dedicar uno a cada cabezudo.

Ellos lo merecen. Se han ganado a pulso el cariño de los niños zaragozanos.

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