Lita Claver: "Me voy orgullosa, he sido una luchadora nata"

Emilia Giménez, Lita Claver, ‘La Maña’ se baja de los escenarios para siempre. Y lo hace en su Zaragoza natal, donde actúa hasta el próximo 18 de octubre en el World Trade Center.

Siempre que vengo a Zaragoza es una gozada. Llevo muchos años viviendo en Barcelona, con la movida que hay allí, y para mí es una maravilla estar aquí. Vengo bastante a menudo porque necesito ir al Pilar, ver el Ebro, estar con mi gente...

Después hablaremos de la que está cayendo en Cataluña. Pero primero, dígame. ¿Sigue siendo especial regresar a casa?

Por supuesto. Adoro ir por la calle y escuchar hablar a la gente, con ese tono alto y ese ‘majico’... Los maños tenemos una forma de hablar que yo nunca he querido perder, por eso lo he acentuado muchísimo más todavía.

¿Por qué?

Porque me gusta mucho mi tierra, me siento muy maña, y por eso me apodaron como tal.

Hoy terminan las Fiestas del Pilar, de las que usted fue pregonera en 2007.

Los nacimientos de mi nietecica y de mi hija, el premio Butaca en Barcelona, y el día que fui pregonera del Pilar los recuerdo con gran cariño. Al verme allí arriba, en el balcón, inmediatamente me vino la imagen de la Emilia de cinco años, gitanica, sin recursos económicos, que iba bailando por los bares... y me emocioné de tal forma que se me desgarraba totalmente la voz. Fue lo más emocionante que he vivido en mi vida.

Y ahora le toca decir adiós...

Tengo 72 años y llevo desde los cinco trabajando. Me voy a sentir extraña, porque no sé qué voy a hacer con mi vida. Tengo una hija, una nietecica que ya va al colegio... pero lo que no me gusta es estorbar.

¿Pero es que usted ha estorbado alguna vez?

Me voy orgullosa, he sido una luchadora nata. He trabajado para que mi hija no tuviera la infancia que tuve yo. Me quedé sin padre desde muy chiquitica y, siendo la más pequeña de todos, saqué adelante a mi familia.

La menor de 16 hermanos...

Mi padre era muy fuerte. Me duele muchísimo el haber convivido muy poco con mi familia de sangre. Con mis hermanos mayores no he estado prácticamente.

¿Ha sido una decisión difícil la de retirarse?

No, ya lo llevaba pensado hace tiempo. Quería irme en silencio, porque no soy una mujer que presuma de nada. He sido una curranta toda mi vida. He pasado un año y medio muy difícil por un problema personal y, tal vez, eso ha hecho que todavía tenga más ganas de terminar. Ahora, que sea lo que Dios quiera.

No estará sola sobre el escenario. A su lado, Fernando Esteso.

La mayor ilusión y el mayor orgullo que puedo tener es despedirme junto a él en mi último espectáculo. De jovencicos trabajamos juntos. Sus padres llevaban una compañía por los pueblecicos, y él y yo hacíamos diferentes números de pareja. Pienso en aquellos años y me traen unos recuerdos tan majicos... Es una familia a la que le debo muchísimo. Mi marido, que en paz descanse, y yo, siempre hablábamos de ellos. El hermano de Fernando Esteso me enseñó a leer y a escribir, que yo no sabía.

Miles de imágenes plasman su carrera. Menuda la que nos regaló con Belloch, cuando la retrataron con las manos del entonces alcalde sobre su pecho.

A Juan Alberto le quiero muchísimo. En aquel momento lo utilicé, y se lo digo así. Quería que se llenara el teatro e hice una cosa de la que ahora puedo arrepentirme. Yo quería ser portada en los medios, como fuera. Siento que me pasé, pudo ser quitarle un poco de autoridad... Luego me sentí muy mal, pero cada uno juega sus cartas. Lo quiero mucho y, ve, ahora me dan casi hasta ganas de llorar...

Para llorar también está la situación en su querida Cataluña.

Siento que estemos pasando por estos momentos tan difíciles, tanto por un lado como por otro. Lo han hecho mal todos. A mí no me ha gustado nunca la imposición, hablando se entiende la gente.