Garrido: "Triunfar en Zaragoza sería poner la guinda"

El extremeño confiesa que no está al 100% tras las volteretas sufridas en Madrid, pero espera poner a la gente de su parte.

Garrido, en imagen de archivo.
Garrido, en imagen de archivo.
infojosegarrido

Tras un arranque de verano complicado en el que pasó un mes entero (julio) sin torear, José Garrido (Badajoz, 1993) dio un golpe encima de la mesa en las Corridas Generales de Bilbao. Firmó dos tardes memorables -tres orejas y una salida a hombros- y recuperó el sitio perdido frente a otros protagonistas del relevo generacional. Entró después en ferias importantes como las de Valladolid o Albacete, y cumplió con nota. También en las Ventas, el pasado 1 de octubre. Allí -en mano a mano con Curro Díaz- sufrió tres espectaculares volteretas de las que aún se recupera. Zaragoza evaluará hoy la evolución de su mano derecha. Comparte cartel con Ginés Marín y Miguel Ángel Perera.


-¿Fue la Feria de Bilbao la más importante de su carrera?

-Fue la más completa. En cierto modo me sentía desplazado, y pude ser yo mismo para encontrarme a gusto y retomar el buen camino. Viví todo con mucha emoción.


-¿Cómo se consigue estar tan firme después de tanto tiempo sin torear como llevaba?

-La clave está en la mente. Tuve las ideas claras y confié en mis posibilidades. Solo así pueden salir bien las cosas.


-¿Sentía que el tren de los Roca Rey o López Simón se le escapaba?

-Lo que sentía es que no era justo no entrar en determinadas ferias en las que el año pasado había estado bien. Me lo había ganado en el ruedo, y no comprendía que no se me reconociera lo mío.


-¿Cree que le perjudica estar alejado de las grandes empresas taurinas?

-Al no tener ese respaldo, siento que lo que toreo es por méritos propios. Si no, te quedas fuera sí o sí.


-Tras las Corridas Generales, su situación cambió.

-Así es. Pude seguir haciendo el toreo que llevo dentro en plazas importantes. Necesitaba recuperar esa sensación.


-Hace solo dos semanas llegó a Madrid.

-Creo que pude estar a la altura de una corrida complicada. Cuando los toros no embisten se hace complicado triunfar, pero se vieron cosas. Estoy satisfecho porque dejé buen ambiente.


-¿Está totalmente repuesto de los golpes sufridos?

-Tengo secuelas en la mano derecha. Un pisotón de un animal de 600 kilos no se cura así como así; me cuesta coger la muleta. Tampoco las heridas han cicatrizado del todo, pero trataré de dar lo mejor en Zaragoza.


-Un escenario inmejorable para rematar este gran final de temporada española.

-Un triunfo aquí sería poner la guinda al pastel. Sé que al 100% no voy a estar, pero espero que el público quede satisfecho con mi actuación. Lo voy a dejar todo.


-¿Qué le transmite la Misericordia?

-La presión de una plaza de primera categoría. Solo he toreado una vez aquí. Fue como novillero, y lo cierto es que noté al público un poco frío conmigo. Espero cambiar eso y poner a la gente de mi parte.

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