La faena que David Mora firmó a un excelente ejemplar de Victoriano del Río fue lo más destacado de un festejo (quinto de abono) en el que los toros estuvieron por encima de los matadores. El cartel anunciado prometía farándula y tosquedad, y tanto Juan Bautista como El Fandi cumplieron con creces. El francés abrió plaza con lo más complicado -por manso y deslucido- del encierro. Apenas tuvo donde rascar, si bien algún síntoma de mando, capacidad o torería tampoco hubiese estado de más. Mató a la segunda y esuchó tímidos pitos de los tendidos, que registraron una entrada impropia del día de la patrona.

Con el cuarto de la tarde, 'Soleares', que soportó un despropótiso de lidia, propuso lo mejor al natural. Tomó los medios para hilvanar una tanda de tres o cuatro muletazos de trazo largo e, inexplicablemente, se olvidó de explotar ese buen pitón izquierdo. Por el otro perdió el sitio, y dio un sinfín de tirones y zapatillazos. Muy vulgar, el de Arles. Casi tanto como su colega granadino.

Al Fandi se le fue un negro burraco que pudo ser de lío. Derrochó bravura en el caballo, llevando a Juan de Dios Quintana hasta los mismos medios, y permitió el lucimiento con capote y palos. Embistió con clase y codicia, hasta entrar en la muleta inadecuada. Los rodillazos y trapazos echaron a perder a 'Jungla', que mereció otro trato. Alguien que le enseñara, sin necesidad de probar (sin acierto) todos los terrenos. Fandi mató -previo pinchazo hondo- de estocada atravesada que precisó de descabello y escuchó una sonora ovación. Será por la media hora más de sobremesa concedida por la empresa.

Con su segundo, el vizco 'Aldeano', quedó inédito con la capa y anduvo muy despegado. El toro tuvo cierta emoción, de nuevo desaprovechada. Alargó hasta la saciedad -sin ideas ni frescura- e introdujo una estocada caída trasera tras pinchazo. Usó dos veces el descabello. 

Entre tanta simpleza, David Mora dio con 'Drosero'. El madrileño arrancó sobre las tablas, donde esculpió tres trincherazos de cartel. Prosiguió con templados derechazos en corto y estuvo firme al natural. La faena contuvo estética -especialmente una tanda de circulares bien rematados con el de pecho-, pero adoleció de mando por momentos. Los muletazos tuvieron poco recorrido. Le faltó conducir las embestidas para llevarlas hasta atrás del todo. Aún así, de haber matado bien hubiese cortado las dos orejas del que fue un gran toro.

Su segundo, el que cerró plaza, también reclamó mayor distancia de la otorgada por Mora. 'Dalía' tuvo un muy buen pitón izquierdo que el diestro no llegó a gobernar. Los enganchones lo constataron. Sobre el derecho, aunque siempre fuera de cacho, estuvo más asentado. Completó un par de tandas que a la postre llevaron al respetable a reclamar la oreja. El presidente no se la concedió. Menos mal. Sí dio la vuelta al ruedo.

Ficha

Seis toros de Victoriano del Río (4º y 5º, con el hierro de Toros de Cortés), de desigual remate y volumen, pero todos con alzada y de aparatosas cornamentas. En conjunto, fue corrida de poca raza y entrega, con mucha movilidad pero de mal estilo. La excepción fue el tercero, también medido de raza pero noble y dócil en la muleta.

Juan Bautista, de caña y oro con remates negros: pinchazo y estocada caída (silencio); pinchazo, bajonazo y descabello (ovación tras aviso).

El Fandi, de sangre de toro y oro: pinchazo, estocada atravesada y descabello (silencio tras aviso); pinchazo, estocada caída trasera y dos descabellos (ovación).

David Mora, de verde manzana y oro: estocada trasera y dos descabellos (oreja tras aviso); estocada caída trasera (vuelta al ruedo tras petición de oreja). Entre las cuadrillas destacó Juan de Dios Quinta picando al segundo. Quinto festejo de abono de la feria del Pilar, con media entrada en los tendidos.