17 parejas de baile y 28 cantadores se disputaron ayer los premios del XXXCertamen Oficial de Jota en las categorías benjamín, infantil y juvenil, en un concurso que duró cuatro horas y que hizo bueno el ya tradicional aserto de que hay cantera para rato. Va a ser verdad. Este año se han inscrito en el certamen más de 200 jóvenes artistas, un 30% más que en 2015. El nivel sube cada año más, la competencia es mayor, y el jurado tiene que hilar muy fino para dejar reducido a la cuarta parte el número de los jóvenes artistas que pasan a la final.

En categoría juvenil, el primer premio en baile fue para David Pérez y Paula Allueva. La pareja ya había ganado el infantil en 2013 y quedaron segundos en esta categoría el año pasado, así que su triunfo no fue una sorpresa. Su interpretación de la jota de Andorra se llevó la ovación de la mañana. En canto femenino, la victoria fue para la almuniense Ana Pilar Lorente. Discípula de Sonia Platero, empezó a cantar en la Asociación Cultural el Fuerte y es, sin duda, una de las voces que habrá que seguir en los próximos años. Muy bella fue su interpretación de ‘De tu corazón al mío’. En canto masculino, a cuya final solo había pasado una voz (es la edad del cambio), el jurado decidió dejar desierto el primer premio.

Sí hubo premiado en categoría infantil (10-12 años). El alcorisano Marcos Azuara, al que aún se le recuerda la ‘Palomica’ que cantó al Pastor de Andorra en su homenaje el año pasado, logró el triunfo. Estuvo brillante en sus dos cantas, en especial en la segunda, ‘Patria y Virgen es mi lema’, que hubiera sido fantástico poderla escuchar hasta el final.

Aplausos a destiempo

Pero, como viene ocurriendo con mucha frecuencia en los últimos años, el público empezó a aplaudir antes de que el cantador pusiera el broche a su jota y no se le pudo oír en el cierre de su interpretación. Cada artista acude al certamen con su claque o afición –familia, miembros del mismo grupo folclórico o vecinos de su localidad– y, si lo hace bien y además el público ajeno se enardece, los aplausos y vítores acaban impidiendo escuchar el final de su interpretación.

La presentadora del certamen, Sara Comín, que sabe lo que es la jota, pidió mesura en dos ocasiones al público, con un éxito relativo, y sería bueno que hoy, en la final para adultos, que aún levanta más pasiones, se respete más a cantadores y jurado.

En canto femenino infantil, el primer premio fue para Elisa Huerva, de Cartuja de Monegros, que ganó el benjamín en 2013 y que llegaba muy fuerte al certamen (este año ha ganado, entre otros concursos, La Almolda). En baile, el triunfo fue para los zaragozanos Javier Arrizabalaga y Carlota Gracia, que eligieron la jota de Teruel.

Jorge Boned, de Alfajarín, y la oscense Leire Buil ganaron el certamen en canto benjamín. En baile, el triunfo fue para Julio San Vicente y Laura Prada, que quedaron segundos en 2015 y cuya jota de Alcañiz fue muy plástica.

Poco más de sí dio la XXX edición del certamen. José Luis Urbén siguió acompañando el baile, aunque en esta ocasión junto a una voz que no suele verse en estas lides, la de la bilbilitana Yolanda Larpa, que ganó el Extraordinario hace ahora 10 años.

La rondalla, un año más, dirigida por Sergio Aso. Y ayer, mientras deliberaba el jurado, interpretó dos pequeños regalos, la ‘Danza nº 6. Rondalla aragonesa’ de Granados y la obertura de ‘El barbero de Sevilla’ de Rossini, ópera de la que este año se cumple el bicentenario de su estreno.

Ambas piezas, ayer muy aplaudidas, podrán escucharse de nuevo esta mañana, en la final ‘adulta’, cuyo premio Extraordinario se disputarán cuatro parejas de baile, nueve voces masculinas y seis femeninas.