ELECCIONES DEL 20-N

CHA e IU proponen más de 200 medidas para movilizar el voto progresista en Aragón

La coalición entre ambas formaciones presentó su programa electoral de cara a los próximos comicios, con el que buscan "construir un dique de contención y abrir nuevas vías frente a las políticas neoliberales de derechas".

El programa que la coalición CHA-IU, la izquierda de Aragón, ha redactado para concurrir a las próximas elecciones generales es "ambicioso y participativo" y se ha elaborado "inequívocamente desde la izquierda", con la cabeza y los pies puestos en Aragón.


Así lo ha explicado el cabeza de lista de la coalición, Chesús Yuste, en la presentación a los medios de comunicación del contenido del programa electoral, con el que pretenden sumar fuerzas con la iniciativa social para "construir un dique de contención y abrir nuevas vías frente a las políticas neoliberales de derechas".


El mensaje que quieren lanzar es "de unidad" para movilizar el voto progresista y para devolver la voz de Aragón a las Cortes Generales.


El programa se divide en ocho apartados: regeneración de la democracia; democratización de la economía y derechos laborales; modelo de estado; igualdad; estado social; modelo de desarrollo; cultura crítica y emancipadora y sociedad no violenta, justa, solidaria, laica y con memoria.


Son más de doscientas medidas que dan respuesta, según Yuste, a las exigencias de la sociedad en lo que respecta a la regeneración de la democracia, a la transparencia y la participación, a la creación de empleo, a la defensa de los intereses de Aragón frente a la involución autonómica, a la defensa de la igualdad y los derechos sociales y de los servicios públicos frente al desmantelamiento del Estado del Bienestar.

Participación ciudadana


Entre las medidas para la regeneración democrática, la coalición proponer mejorar las vías de participación ciudadana en la vida política, ampliar el voto a los mayores de 16 años y a los inmigrantes, una reforma "profunda del Senado" y modificar el sistema de financiación de los partidos y la ley electoral, para que todos los votos valgan lo mismo.


La parte destinada a la democratización de la economía es importante en el programa de CHA-IU, cuyo objetivo prioritario es la creación de empleo y la protección a los desempleados.


Para Yuste, es "fundamental" mantener el gasto público para acometer inversiones productivas que contribuyan a reactivar la economía y, por lo tanto, a crear empleo, además de apoyar la jornada laboral de 35 horas, derogar la reforma del mercado laboral y de las pensiones e incrementar el salario mínimo interprofesional.


Además, la coalición aboga por crear una banca pública que ayude ante la falta de liquidez, por aprobar una reforma fiscal que haga que la crisis "también la paguen los ricos" y por un nuevo modelo productivo basado en la investigación y la innovación.


En cuanto al modelo de estado, los representantes de la coalición quieren abrir en el Congreso el debate sobre la reforma de la Constitución y conseguir un modelo "republicano, federal, solidario y plurinacional".


A juicio de CHA-IU, en el modelo organizativo español sobra la administración periférica del Estado, los ministerios vacíos de contenido, las diputaciones provinciales e, incluso, las provincias si así lo decidieran las respectivas autonomías.


Apuestan por unos servicios públicos (sanidad, educación, dependencia, vivienda) de calidad, universales y de gestión pública en todos sus aspectos, para evitar que estos servicios "se conviertan en mercancías".


En cuanto al modelo de desarrollo, éste debe de ser ecológicamente sostenible, se apuesta por un nuevo modelo energético que prime las energías renovables, se rechaza rotundamente el trasvase del Ebro y las centrales nucleares y se apuesta por el transporte por ferrocarril, especialmente por el Canfranc, la TCP y el corredor Cantábrico-Mediterráneo.


En Cultura, rechazan el canon digital, prometen apoyar la creación "desde la base", un mejor trato fiscal y luchar por recuperar el patrimonio emigrado, además de apostar por el laicismo con la ruptura del concordato y apoyar decididamente una "cultura de la paz".