De cata

Teta de vaca, otro acierto

Teta de vaca, otro acierto
Teta de vaca, otro acierto

 Hacer un buen vino puede no ser suficiente para garantizar su éxito de ventas. Los empresarios del sector tienen que echarle imaginación para llamar la atención de los consumidores en un mercado saturado con miles de referencias procedentes de cientos de zonas elaboradoras españolas y extranjeras. De esta forma, el ‘envoltorio’ del producto -es decir, la botella y la etiqueta y hasta la denominación del vino- adquieren cada vez más importancia, como bien sabe José Marco, gerente de Lamarca Wines, empresa aragonesa dedicada a la comercialización y distribución de vinos.


Lamarca ha apostado claramente por hacerse notar con diseños atrevidos y con nombres que enganchan rápidamente y que son fáciles de recordar, otro elemento a tener en cuenta para que los consumidores pidan un determinado vino en el bar o en el restaurante. Tras sacar al mercado los productos Garnacha del Desierto (hecho en Lécera) y María de la O (producido en Bodegas Ejeanas con garnachas de cepas viejas), Lamarca acertó de lleno con el Cojón de Gato, un tinto elaborado en Bodega Bal d’Isábena (D. O. Somontano) con frutos de las variedades merlot, syrah y la que da nombre al vino, un tipo de uva que está casi desaparecida. Bajo esta misma marca se comercializó después un blanco hecho con uvas de gewürztraminer en la misma bodega, ubicada en la comarca de la Ribagorza aunque acogida a la D. O. Somontano.


Su más reciente creación es el Teta de Vaca, un tinto joven elaborado por el método de maceración carbónica a base de uvas de la variedad tempranillo, fundamentalmente, con un 15 % de la variedad que da nombre al producto. La teta de vaca es una uva de mesa de granos gruesos y alargados que, al igual que el cojón de gato, se encuentra en trance de desaparición. En época de los romanos, se conocía a esta uva como bumasti.


Al ser un vino de maceración carbónica, resalta por su frescura y frutosidad, tanto al olerlo como al llevarlo a la boca. Se puede apreciar incluso un poco de aguja, lo que acentúa la juventud del vino, de la cosecha de 2009, elaborado en Bodegas y Viñedos del Jalón, de Maluenda, en la Denominación de Origen Calatayud. Por todo lo apuntado, sus 13 grados alcohólicos apenas se dejan notar y se consigue el objetivo de llevar a la copa un vino ligero y muy afrutado que resulta muy atractivo para los consumidores jóvenes y para las mujeres que prefieren caldos con poca estructura y fáciles de beber. Es muy apropiado para acompañar tapas y platos poco elaborados, pastas y arroces.


LLAMATIVA ETIQUETA. Como ya hizo con sus anteriores referencias, esta firma ha puesto además especial cuidado en el diseño de la cápsula y de la etiqueta. En este caso ambos elementos destacan porque presentan las características manchas blancas y negras de la piel que lucen algunas razas bovinas.


A todo ello hay que añadir el competitivo precio por el que se puede comprar el Teta de Vaca en las tiendas (unos 7 euros), que lo sitúa en un buen lugar si se tiene en cuenta la relación entre la calidad y el precio. Así que, en conclusión, este nuevo vino es otro acierto desde el punto de vista enológico y de mercadotecnia, y constituye un buen ejemplo de lo que se puede hacer para capear el temporal en estos tiempos de crisis.