OPINIÓN CON ESTRELLA

El Plan

La gastronomía debe surgir espontánea y naturalmente por la inquietud y el orgullo de tener unos productos autóctonos extraordinarios, que siguen siendo desconocidos para muchos.

Durante estos últimos años, el Gobierno de Aragón creó lo que se ha conocido como Plan de Gastronomía de Aragón. Para ello contrató un asesor gastronómico, ¡faltaría más! Este, a su vez, es también el secretario de la Academia Aragonesa de Gastronomía.


Sí, también tenemos una Academia de Gastronomía, con presidente y miembros de la academia. No sé exactamente qué hacen, pero la tenemos. Este plan gastronómico iba dotado de un presupuesto de varios millones de euros.


El último de los eventos organizados por este asesor gastronómico en un lugar llamado La Gastroteca es ‘La chispa de la gastronomía’. Parece ser que una conocida marca de refrescos norteamericana es el ingrediente fundamental de una serie de platos y de la bebida que los acompaña, el ‘chispazo’. Como ven, todo muy gastronómico y muy chisposo.


Tiene narices que cocineros norteamericanos como Charlie Trotter, Thomas Keller o Daniel Boulud, cuyos restaurantes se encuentran entre los mejores del mundo, jamás hayan empleado este refresco como ingrediente de sus cocinas.


La mayoría de los proyectos gastronómicos acometidos por el Ayuntamiento de Zaragoza, la Diputación o el Gobierno de Aragón, dotados de presupuestos más que generosos, no han conseguido tan apenas nada.


Vienen a mi cabeza la Expo y el bar Nube, en lo alto de la Torre del Agua, con las mejores vistas de Zaragoza, ¿lo recuerdan? Cualquier chiringuito de playa es más digno y menos cutre que aquel. O el restaurante El Náutico, posiblemente uno de los restaurantes más horteras y con menos gracia que he visto en mi vida.


La gastronomía debe surgir espontánea y naturalmente por la inquietud y el orgullo de tener unos productos autóctonos extraordinarios, que siguen siendo desconocidos para muchos. El trabajo constante, apasionado y honesto de agricultores, ganaderos, bodegueros, cocineros, etc., irá con el tiempo haciendo evolucionar y mejorar nuestra gastronomía.


No se consiguen las cosas de la noche a la mañana a golpe de subvención. Necesitamos, eso sí, que nuestros gobernantes nos escuchen y nos apoyen. Deben tener fe en nuestras posibilidades.


¿Recuerdan el reciente suceso de los pepinos? Hasta la más humilde de las hortalizas puede ser importante. Así que ahórrense el plan, el asesor y el dinero. Se lo dice un simple cocinero baturro.