LITERATURA POPULAR

Palabras de otro tiempo

Carlos González Sanz sistematiza los cuentos de Aragón.

Una ilustración que alude a la picardía de la rabosa.
Palabras de otro tiempo
ARCHIVO GLEZ. SANZ

La factoría Disney es hoy probablemente la principal creadora del imaginario colectivo de las nuevas generaciones. Este imaginario se puede formar de muy diferentes maneras pero la ficción es uno de los principales objetivos de la literatura. Entre otras razones porque parece ser que dos de los rasgos intrínsecos del ser humano son soñar y contar. En nuestros tiempos hipermodernos, de esa parcela creadora la principal protagonista es la imagen en sus múltiples formatos: televisión, cine y vídeo-juegos, formatos que se nutren en gran medida del lenguaje literario. Un lenguaje que ha mutado también para adaptarse a los nuevos tiempos


En 1812 los hermanos Grimm publicaron su primer libro recopilatorio ‘Cuentos para la infancia y el hogar’, probablemente, se equivocaron de título o de intención y con el tiempo, el libro y la propia ficción los anuló, dándoles a la vez fama perpetua. El libro de Carlos González (también conocido por Carlos Bozalongo, 1959) está embriagado por el aroma romántico que desprendía la obra de los Grimm, esa intención artística, de recuperación de otros tiempos que apenas perviven, siquiera en el mundo rural. Es cierto que no se cumplirán en la obra de González muchas de esas características del romanticismo en estado puro, pero la intención por la recuperación y la comprensión es idéntica.


El libro de González nos transporta a otros tiempos, ya desde el mismo título nos introducimos en el mundo del idilio, el apego a la tierra: ‘De la chaminera al tejao…’ en un tiempo donde el hogar, el fuego, era el centro de la vida social, que, por otro lado, pasaba esencialmente por contar historias, de ahí que esta ‘Antología de cuentos folklóricos’, se base en la tradición oral. El objetivo de este libro es recoger esas historias perecederas y hacerlas revivir en nuestras manos.


Además de todo lo expuesto, varios son los puntos de interés que pueden llamar la atención del público. En primer lugar, que sea una editorial de Guadalajara la que haya publicado estos dos volúmenes, fenómeno que se entiende si tenemos en cuenta que Palabras del Candil apuesta por los libros y cuentos de narradores orales, concepto cuando menos destacable por poco frecuente, sobre todo si tenemos en cuenta que en la obra de González hay un claro componente científico, pues el punto de partida de la obra –tal como nos explica el autor en un detallado prólogo- son varios trabajos de investigación ligados a la Universidad de Zaragoza y a otras Instituciones, que motivaron en un primer lugar el estudio.


Este inicio científico, se ve con claridad en la estructuración de la obra. Así, los cuentos se presentan catalogados según su temática, siguiendo los parámetros, tipos y subtipos –en inglés y cuando se adapta al cuento catalogado– del Índice Internacional del cuento tipo (ATU), donde se habla, por ejemplo de: Cuentos de animales, Cuentos del Ogro estúpido, Cuentos de magia o maravillosos, etc.


En segundo lugar, hay un componente lingüístico cuando menos curioso, pues en la obra se recogen cuentos de la tradición oral en aragonés, castellano y catalán (hay un buen número de cuentos de la Franja), que representan las tres lenguas habladas en nuestra comunidad. Esta variedad no es óbice para la lectura del libro por los castellanoparlantes, ya que el número de cuentos en las tres lenguas es muy amplio y hay un buen equilibrio entre los mismos.


Por otro lado, al ser cuentos orales, se mantiene por escrito –entiendo que siempre en la medida de lo posible- la variedad diatópica (lugar), diastrática (niveles de lengua) y diafásica (estilos de lengua), por lo que es común encontrar casos como “Y ya no s’acercó mas”; “Una pa mí, otra pa tú…”. En tercer lugar, el lector, el curioso, el amante de las historias, se reencontrará en estas páginas, muy probablemente, con su niñez. Con ese otro tiempo del idilio tan cercano y que parece tan lejano. Podrá disfrutar, sin duda, de una colección amplísima de historias que rezuman inocencia, conocimiento y también, por supuesto, placer.


El placer de leer unas palabras que es imposible no imaginar que se están escuchando con el crepitar del fuego como telón de fondo y que nos transportarán a paisajes diversos de nuestra comunidad donde, quizá, un copo de nieve estará cayendo para hacerlo aún más bello. El rumor de las palabras que Carlos González Sanz nos presenta tiene ese poder y mucho más.