Y el primer correo electrónico llegó a su destino
La primera dirección de email de la historia fue tomlinson@bbn-tenexa. En 1971, el informático estadounidense que desarrolló el primer sistema de correo electrónico, Ray Tomlinson, buscaba un símbolo para separar el nombre de la persona del ordenador (después, del servidor) que alojaba su cuenta. Y pensó en la @. Apenas se utilizaba y evitaba confusiones, ya que no podía formar parte del nombre del usuario ni del nombre del servidor. Era perfecta.
En inglés, este símbolo representan la palabra at y tiene el mismo significado que en latín (junto a o en). De ahí también que Tomlison lo eligiera: tomlinson@bbn-tenexa se leía en inglés como tomlinson AT bbn-tenexa, traducido al español: tomlinson EN bbn-tenexa, algo perfectamente lógico para indicar la cuenta y el ordenador en que esa cuenta está alojada. Sin embargo, en español leemos las direcciones de correo electrónico conservando la palabra 'arroba', aunque despojada de su significado original.
La arroba fue una popular medida de peso desde el siglo XV-XVI. Viene del árabe 'ar-roub' o 'ar-ruba', que significa cuatro (o cuarta parte) porque cuatro arrobas formaban otra unidad mayor: el 'quintal'. Todas estas medidas comenzaron a decaer a mediados del siglo XIX, cuando fue aprobado el sistema métrico, pero el entorno comercial norteamericano siguió usando el signo de la arroba para indicar el precio unitario (3 mesas @ 2 $, es decir, 3 mesas a 2 dólares). Debido a su uso comercial, las primeras máquinas de escribir, desarrolladas a partir de 1885, incluyeron este signo, que sobrevivió posteriormente pese a la caída en desuso de la @, hoy resucitada gracias al correo electrónico.
Antes de la fecha de su invención, 1971, era posible intercambiar mensajes, pero solo entre usuarios de un mismo ordenador. Tomlinson inventó la manera de intercambiar mensajes entre diferentes ordenadores dentro de la red Arpanet. Para ello tuvo que combinar dos programas: SNDMSG y CPYNET. Nacía la primera aplicación de correo electrónico. No la patentó. Hoy, 45 años después, la fórmula 'usuario@host' sigue siendo el estándar para las direcciones de email.
El propio Tomlison no lograba recordar qué escribió en aquel primer email.
Pero, si el email se inventó en 1971, ¿por qué no empezamos a utilizarlo hasta los ochenta? Para Andreu Veá, autor de 'Cómo creamos internet', "en los ochenta teníamos la tecnología, los ordenadores, teléfono, módem, ¿por qué no usábamos el correo electrónico? Porque teníamos una cosa analógica, oxidada, que funcionaba y que se llamaba fax, que retrasó quince años la llegada del correo electrónico". "Ha pasado lo mismo con el ADSL y la fibra", añade.
Tomlinson realizó también otros desarrollos importantes relacionado con el diseño de computadoras, arquitectura de redes, protocolos en la red y síntesis digital.
En 2009 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto con Martin Cooper, padre del teléfono móvil, por sus contribuciones al gran avance tecnológico de las comunicaciones humanas.