Un año sin el cine Elíseos en Zaragoza

La sala, inaugurada en 1944, cerró el 8 de agosto de 2014 para adaptarse a la nueva era digital aunque, hasta el momento, no se han hecho reformas.

El cine Elíseos, situado en la confluencia del paseo de Sagasta con la Gran Vía, mantenía, ayer, las puertas cerradas.
El cine Elíseos, situado en la confluencia del paseo de Sagasta con la Gran Vía, mantenía, ayer, las puertas cerradas.
aránzazu navarro

Hoy se cumple un año del cierre del cine Elíseos de Zaragoza. La decisión que, según se anunció entonces, era temporal respondía a la necesidad de adaptar la sala a las nuevas tecnologías porque, en sus 70 años de vida, apenas había sufrido transformaciones. Sin embargo, durante estos 12 meses no se han realizado los cambios necesarios para adaptar el espacio a la nueva era digital que acaba con el celuloide.


La pantalla que atesoraba más historia en la capital aragonesa, Cinema Elíseos, se inauguró el 22 de diciembre de 1944 con el filme ‘Me casé con una bruja’, interpretado por Veronica Lake, y continuó con su actividad hasta agosto de 2014 cuando, con la proyección de la película ‘Marsella’, se despidió de sus clientes con un hasta pronto. Esta sala, situada en el paseo de Sagasta, junto a la confluencia con la Gran Vía, luce un gran cartel en su fachada, aunque las puertas se mantienen cerradas desde hace justo un año.


Las obras de construcción del cine Elíseos estuvieron a cargo del arquitecto Teodoro Ríos Balaguer. En su interior destaca una decoración clasicista, con mármol, madera, latón y tercipelo y cuidados acabados artesanales. En 2009, al mismo tiempo que los cines Palafox, fue declarado Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés por el Ejecutivo autónomo, un condicionante que dificultaba cualquier intervención a la gestora de la sala, Zaragoza Urbana.


Esta empresa, propietaria también de otros cines de Zaragoza, como los Palafox, Aragonia y Cervantes, (donde ya acometió la digitalización), no desveló ayer sus planes futuros para este emblemático espacio, pese a los intentos reiterados de este periódico. Fuentes de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, sin embargo, adelantaron que de momento no hay constancia de una solicitud de permiso para acometer obras de mejora en el interior del local. Este trámite, además, debería recibir el visto bueno por parte del Gobierno de Aragón, al ser un edificio protegido.


El pasado mes de diciembre, desde Zaragoza Urbana indicaban que la necesidad de conservación arquitectónica de las instalaciones dificultaba cualquier obra de reforma y que "no se podía avanzar nada más" en torno a estas cuestiones técnicas. Tras el cierre de la histórica sala se apuntó que "había que ser muy cautos con lo que se hace y cómo". En todo caso, una transformación del sistema de sonido e imagen y la ampliación de la pantalla, que conllevaría una modificación del actual patio de butacas supondría una importante inversión técnica, más allá del coste de renovación puramente tecnológica.


Cinema Elíseos fue, desde sus inicios, un referente para los cinéfilos aragoneses. Con un aforo inicial de 500 butacas, se vinculó al cine de culto. Allí se celebró, en 1945, la primera sesión del Cineclub Zaragoza. En 1967 se convirtió en la primera sala de arte y ensayo de la capital aragonesa y, durante los años 80, sirvió temporalmente como sede de la Filmoteca de Zaragoza. En 1993, la sala fue rehabilitada por José Miguel de Yarza Nordmark, con la finalidad de recuperar el esplendor original de este cine de mediados del siglo XX.

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