El Gobierno envía una queja a Francia por los ataques a camioneros españoles
El Consulado de Perpiñán advirtió ayer del riesgo de nuevas agresiones por los agricultores galos movilizados.
Ayer mismo, la situación se había vuelto tan tensa que el consulado español en Perpiñán recomendó a los transportistas evitar circular por Francia o "extremar las precauciones" por miedo a más incidentes en las nuevas manifestaciones convocadas por los sindicatos agrarios franceses, que siguieron ayer con sus movilizaciones. En Rodez (Aveyron), medio centenar de productores de leche y carne se concentraron ante un proveedor de carne para la restauración, Promocash, donde tenían informaciones de que se suministraba mercancía procedente de Polonia, España, Portugal, Alemania e Italia. El propietario intentó cortarles el paso, hubo insultos y tuvo que intervenir la Policía, según informó Midi Libre. También en Saint-Gaudens (Haute-Garonne) 80 agricultores con una decena de tractores se dispusieron a verificar el origen de los productos cárnicos, la leche y la fruta de varios establecimientos, y vertieron estiércol delante de una tienda donde había pato de Hungría, cerdo de España y leche de Bélgica, según explicó un miembro de la asociación Jeunes Agriculteurs.
Además, una cincuentena de fruticultores de la región Pyrénées-Orientales establecieron un control con tractores en la carretera que da paso a Andorra por Ariège y repartieron frutas y folletos informativos a los conductores. "Con esta movilización, queremos mostrar nuestra solidaridas con los agricultores y los ganaderos. Nosotros tenemos los mismos problemas", señaló el secretario general de la Fédération Nationale des Producteurs de Fruits, Gérard Majoral.
A juicio del Gobierno español, estos ataques constituyen una violación evidente de la reglamentación europea, que consagra la libre circulación de personas y mercancías en todo el territorio de la UE. Además, se trata de "una intimidación inaceptable". La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) había pedido al presidente Mariano Rajoy "dar la cara y hacer algo" para detener las agresiones.