La Fiscalía acusa ahora a Rato de blanquear en el extranjero fondos de la corrupción

Pide que el caso vaya a la Audiencia Nacional por hallar indicios de lavado de dinero con un hotel en Berlín.

Rato, fotografiado en Madrid el pasado octubre.
Rato, fotografiado en Madrid en octubre pasado.
DANI POZO/afp photo

Corrupción entre particulares. Es el nuevo delito que la Fiscalía observa, "presuntamente", en la polémica actuación de Rodrigo Rato en los últimos años y por la que Hacienda le viene investigando. Y ha llegado a esa conclusión a raíz de los últimos datos avanzados por la propia Agencia Tributaria.


Es la respuesta del fisco a la estrategia defensiva del que fuera vicepresidente económico del Gobierno en la etapa de José María Aznar. Y curiosamente fue remitida al Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, donde se investiga el patrimonio de Rato, un día antes de que este se negara a declarar como "encausado" aduciendo que desconocía "las bases fácticas en que se podrían apoyar los hechos de los que se me acusa".


Su tesis era que los datos de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) –la que inició las pesquisas– "no son por sí mismos prueba en un caso penal ni administrativo, pues han de ser corroborados por otras pruebas". Estas deberían encontrarse en la extensa documentación que se intervino en su casa y su despacho en Madrid, así como un bufete en Cádiz, el 16 de abril.


La ONIF ya presentó el 21 de julio un avance del extenso informe que espera concluir en las próximas semanas con el análisis de las cerca de 40.000 hojas y registros incautados. La principal conclusión del mismo es que "han surgido nuevos datos indiciarios de la comisión de un presunto blanqueo cometido en el extranjero", subraya la Fiscalía Anticorrupción.


La clave son las inversiones de Rato mediante la sociedad alemana Bagerpleta GmbH, propietaria de un hotel en Berlín. Construirlo costó 16 millones de euros, de los que el 70% (11,2 millones) fue financiado con un crédito de La Caixa. El préstamo se gestionó en 2009, cuando el exministro era consejero de Criteria, el ‘holding’ industrial de la entidad catalana, aunque la operación se cerró en apariencia a precios de mercado y tras obtener las garantías correspondientes.


La principal es la cesión al banco de los derechos de alquiler del hotel, que estuvo gestionado por la cadena Husa hasta declararse hace un año en concurso de acreedores y ahora lleva la empresa Catalonia. El contrato de arrendamiento, por un total de 22,6 millones –a razón de 1,5 millones anuales, según fuentes del caso–, tiene una duración de 15 años y finaliza en 2027.


Rato controlaría el 22% de Bagerpleta (su socio es el empresario catalán José Manuel Sola) mediante "una estructura societaria opaca", según Hacienda, de la que formaría parte la firma instrumental Kradonara 2001, de la que él mismo es administrador único y antes lo era su secretaria de confianza. Es uno de los principales brazos societarios que el expolítico metido a financiero (dirigió el FMI para luego presidir Caja Madrid y Bankia) controla a través de Vivaway, firma domiciliada en Gibraltar y que según los investigadores sería la puerta de entrada a su patrimonio real, cuantificado por la ONIF en un "mínimo" de 26,6 millones.


Kradonara, sostiene Hacienda en su informe, tuvo "relevantes entradas de divisas (más de 6,5 millones de euros, la mitad de ejercicios no prescritos) entre 2011 y 2014, con origen en el Reino Unido, Gibraltar y Luxemburgo. La tesis de los investigadores es que todo o parte de esos fondos no habrían sido tributados por Rato, aunque ahora la Fiscalía considera que "tienen un presunto origen ilícito, dimanante de delitos de corrupción entre particulares y fraude fiscal".


Fuentes del caso apuntan que esos posibles actos corruptos podrían derivarse de tratos de favor concedidos por Rato en su etapa como banquero, o bien por su labor como intermediario en negocios supuestamente opacos. Ya sea directamente, a través de su entorno, de empresas "históricas ligadas a su familia" o de participaciones societarias, el expolítico recibió 13,3 millones en divisas de 2009 a 2014 y, a su vez, traspasó fuera otros tres millones.


Por eso, y con los nuevos datos sobre el hotel berlinés en la mano, la Fiscalía pidió ayer que el caso sea investigado ahora por la Audiencia Nacional.

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