Empieza el sellado de las grietas del canal de aguas bravas tras 7 años sufriendo filtraciones
Las actividades pararán al menos un mes para que las constructoras reparen los desperfectos.
El canal de aguas bravas, construido en 2008 con un coste cercano a los seis millones de euros, tuvo problemas desde el principio. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha podido obligar a las constructoras a reparar los desperfectos. El pasado fin de semana comenzó el vaciado de la balsa y, como consecuencia, hubo que clausurar las actividades que allí se desarrollaban los descensos por el canal, el cable esquí y los hinchables.
De momento, los trabajos se limitan a la limpieza del fondo del canal, algo que no se hacía desde 2012. Hay que tener en cuenta que desde entonces el Ebro ha vivido al menos cinco episodios de riadas, que han colaborado a aumentar la presencia de fangos en el fondo de la balsa, que ahora hay que retirar. Cuando terminen estos trabajos, comenzarán los trabajos de sellado de las grietas, del que se encargarán Tragsa (constructora de las instalaciones) y Euroestudios (empresa encargada del proyecto y de la dirección de obra).
Tras amenazar con demandar a estas empresas, el Ayuntamiento finalmente llegó a un acuerdo amistoso con ellas para que acometieran este verano el sellado de las grietas. Estos trabajos se valoraron en unos 90.000 euros, a pesar de que hace menos de un año un informe municipal apuntó que el coste de los mismos podría llegar a los 1,5 millones de euros.
La solución elegida para tratar de frenar la fuga de agua consiste en inyectar una resina de alta densidad en las grietas, para poder impermeabilizar los puntos por los que se va el líquido. Se trata de la técnica que se emplea, por ejemplo, en la reparación de problemas similares en presas.
Según apuntaron fuentes municipales, se le compensará en el caso de que la reparación de las grietas se alargue más de lo que tarde en limpiarse el fondo de la balsa. La indemnización se haría rebajando la cuantía del canon que la concesionaria tiene que pagar todos los años, y como máximo ascendería a 3.000 o 4.000 euros, según apuntaron las citadas fuentes.
La gestión del canal de aguas bravas la lleva para los próximos 25 años la empresa Loteta Sports, después de que la anterior concesionaria, Murillo Rafting, entrara en liquidación. Esta empresa denunció lo "ruinoso" de la actividad y no pudo compensar la fuerte inversión inicial que tuvo que realizar. Además, la demanda de clientes quedó muy por debajo de lo esperado.