La mejora de la vía de Teruel se limita a 18 millones y en 2016 solo llegarán 2

Fomento desbloquea las autovías oscenses, pero aplaza su estreno a 2020. El fin del desdoblamiento de la N-232 se demora 2 años más y la N-II seguirá a la espera.

Un tren de pasajeros en la línea de Teruel.
Un tren de pasajeros, en uno los tramos con limitaciones de velocidad de la línea de Teruel.
antonio GARCÍA

La provincia turolense será, un año más, la gran damnificada de los Presupuestos Generales. Ni siquiera la cercanía de las elecciones generales ha permitido que salga, al menos sobre el papel, del ostracismo al que está sometida. Con tan solo una lectura rápida de la inversión regionalizada, cualquiera puede apreciar que el corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo, el desdoblamiento de la carretera de Castellón y las tres autovías para conectar Teruel con el eje de Madrid tendrán únicamente partidas testimoniales en las Cuentas de 2016.


Pese a que las instituciones y los partidos aragoneses reclaman sin fisuras la modernización del ferrocarril, la realidad presupuestaria va mucho más allá de orillar esta reivindicación: la única actuación prevista se limitará a apañar la vía entre Teruel y Sagunto con una inyección de 18,5 millones de euros, de los cuales solo dos se han previsto gastar en 2016. Hasta los propios responsables del PP son conscientes del agravio, ya que los gobiernos de Aragón y Valencia que presidían hace un año enviaron un estudio que cifraba la inversión necesaria para modernizar la línea entre Zaragoza, Teruel y Valencia en 222,8 millones. Y eso que su planteamiento era mucho más modesto que la proyectada conversión del corredor a alta velocidad, que elevaba el coste de las obras a 4.000 millones solo en el tramo Teruel -Sagunto.


A los dos millones para reparar la vía se suman otros 126.800 euros para estudios de la línea de velocidad alta Zaragoza-Teruel, aunque los 100.000 euros ya presupuestados este año no se han traducido en el encargo de nada hasta el momento. También aparecen de nuevo los 2,2 millones del sistema de comunicaciones tren-tierra que sigue pendiente de instalar entre Zaragoza y Teruel para mejorar la explotación y cuya licitación se anunció para este año. A estas alturas, tampoco ha salido a concurso.


Para el desdoblamiento de la carretera de Castellón (N-232) entre Fuentes de Ebro y Valdealgorfa consta un millón de euros, y para el tramo El Burgo-Fuentes, otros 100.000 euros, idéntica partida que figura en los Presupuestos de este año sin que se haya movido un papel. Lo mismo sucede con el tramo largo de la proyectada A-68.


La presencia de las otras tres autovías pendientes en Teruel es meramente testimonial. La Daroca-Calatayud (A-24) cuenta con los mismos 5.000 euros de este año, la duplicación de la N-211 de Alcolea a Monreal del Campo dispondrá de 142.000 euros y la Cuenca-Teruel (A-40) estará dotada con 800.000 euros. Las tres figuran en los presupuestos vigentes y tampoco se ha avanzado nada. Como adelantó este diario, el contrapunto está en el desbloqueo de las autovías oscenses, que concentran la inversión de Fomento y la sociedad Seittsa en Aragón. De hecho, se han presupuestado 222 millones para todo Aragón, de los cuales 85,6 irán a la provincia oscense. No obstante, la puesta en servicio de los tramos de la A-23 entre el congosto del Isuela y Lanave se alargarán otro año más hasta 2020, lo mismo que en el caso de la A-21 (Jaca-Navarra). En este último caso, supondrá su finalización.


El aplazamiento hasta 2020 afecta igualmente al desdoblamiento de la carretera de Logroño (N-232), mientras la de Barcelona (N-II) seguirá a la espera porque solo cuenta con dos millones para impulsar la redacción de los proyectos que, de cumplirse las Cuentas de 2015, ya deberían estar a estas alturas licitados o adjudicados.

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