Una sola operación para quitar la mama y reconstruirla con grasa de la paciente

Un equipo del Servet extirpa los dos pechos a una mujer con cáncer y se los reconstruye en el acto con tejido abdominal. El hospital tratará a más de 20 pacientes al año con esta técnica.

Un equipo de unos 15 cirujanos, anestesistas, enfermeros y auxiliares participaron en la operación.
Un equipo de unos 15 cirujanos, anestesistas, enfermeros y auxiliares participaron en la operación.
oliver duch

Carmen (nombre ficticio) tiene 40 años, y es la segunda vez que sufre cáncer de mama. La primera, logró superarlo con quimioterapia, cirugía conservadora y radioterapia. Pero, hace pocos meses, las pruebas delataron, de nuevo, al enemigo. El cáncer reapareció en la misma mama, casi en el mismo sitio que la primera vez, y Carmen se preparó para librar otra lucha sin cuartel.


Su historial hacía conveniente pensar en una doble extirpación (mastectomía bilateral): la de la mama enferma y la de la sana, por las altas probabilidades de que acabara desarrollando un tumor en esa también. Pero, además, su caso era un buen candidato para utilizar una técnica que lograría que esta mujer, joven todavía, tuviera que pasar solo una vez por el quirófano y sus secuelas físicas y psicológicas se redujeran a la mínima expresión.


Ayer por la mañana, un equipo de cirujanos del Miguel Servet de los servicios de Ginecología y Plástica, anestesistas, enfermeras y auxiliares (unas quince personas en total) extirparon las dos mamas de esta paciente y las reconstruyeron en la misma intervención utilizando su propia grasa. En este caso, se aprovechó la del abdomen (al ser una reconstrucción doble, se le extrajo tejido de las dos partes de la tripa). Ahora, Carmen estará varios días en observación y sus heridas irán curando. En poco tiempo, se terminará completamente la reconstrucción (por ejemplo, el pezón), y pronto, todo habrá terminado. Ella tendrá un pecho casi idéntico al original y, además, hecho con su propio tejido: engordará y adelgazará cuando ella lo haga y, además, no necesitará cambiar ninguna prótesis artificial.


Esta técnica ya se había llevado a cabo en alguna ocasión en el Servet, pero la operación de ayer aspira a ser la primera de una rutina en estos quirófanos. Además, sí que se habían practicado más casos en los que la reconstrucción se hacía en diferido: la mujer era operada de cáncer y, tiempo después, se le reconstruían las mamas.


Los especialistas creen que podrán programarse dos intervenciones como esta al mes, y recalcan que se deben dar algunas condiciones en la paciente (suficiente masa corporal, antecedentes, etc) y, como es lógico, todo lo necesario para lograr la aprobación del Comité de Tumores.


Isabel Vicente, responsable quirúrgica del Comité de Tumores de Mama y jefa de sección de la Unidad de Mama explicó los beneficios de realizarlo todo en un solo acto quirúrgico. "La técnica está siempre indicada por todos los departamentos implicados -oncología, ginecología, plástica, anestesia, etc- y no hay que olvidar cómo contribuye a que la mujer sienta una menor afectación psicológica, a que tenga menos secuelas (el tejido implantado es suyo) y a que disfrute de una buena calidad de vida. Incluso el tacto de la mama reconstruida es como el de la suya original", concreta.

Larga y difícil, pero de calidad

Estas intervenciones son largas, complejas y exigen un trabajo ‘fino’ y de calidad. Javier Rodrigo, especialista de Cirugía Plástica del hospital, insistió en que pacientes que se han sometido previamente a esta técnica la valoran "muy satisfactoriamente", y apuntó los beneficios de no tener que recurrir a prótesis artificiales (que, además, deben cambiarse con los años). Los cirujanos plásticos se sirven de tejido del glúteo, abdomen o del muslo interior (por ejemplo, cuando es una paciente muy delgada o se ha sometido a una cirugía abdominal previa). Son intervenciones de microcirugía muy complejas, con costes elevados y que requieren mucha destreza.


Este equipo insiste en que la calidad y el resultado sobrepasan inconvenientes como los económicos, y se muestran esperanzados de que la técnica llegue cada vez a más mujeres. "A veces, dependiendo del centro donde sea atendida la paciente, recibe un tratamiento u otro", explicó Fernando Albiñana, cirujano plástico también presente en la operación. De hecho, esta intervención solo se hace en Aragón en el Miguel Servet. No obstante, las pacientes también pueden ser derivadas aquí se si considera necesario.


Otro de los beneficios de esta técnica es la prevención del linfedema: una secuela que desarrollan algunas pacientes operadas de cáncer de mama, que sufren una acumulación de líquido linfático en los tejidos adiposos justamente debajo de su piel. Esto les causa una inflamación que puede ser crónica y grave. Julio Delgado, también del equipo de Plástica, explicó que con esta operación se hace una técnica que permite evitar el problema.

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