Miguel Gracia reivindica en su investidura "la rentabilidad social" de los pueblos pequeños

El nuevo presidente logró el apoyo de los diputados del PSOE, Cambiar y PAR, 16 de 25. El PP, con Ana Alós al frente, votó en blanco.
El PSOE gobernará en solitario al no haber acuerdo con Cambiar.

Gracia promete su cargo sobre la Constitución y el Estatuto de Autonomía.
Gracia promete su cargo sobre la Constitución y el Estatuto de Autonomía.
javier broto

Las diputaciones son "imprescindibles" para asegurar unas condiciones de vida dignas a los municipios más pequeños. Con este mensaje, el PSOE inició ayer su quinto mandato consecutivo al frente de la Diputación de Huesca, en el que el alcalde de Arén, Miguel Gracia, hasta ahora vicepresidente, toma el relevo de Antonio Cosculluela, quien ha pasado a presidir las Cortes. Distintas caras pero la misma reivindicación a favor del municipalismo y en contra de la supresión de ayuntamientos.


Gracia obtuvo un amplio respaldo gracias al voto de los 12 diputados del PSOE, los tres del PAR y el del Cambiar Huesca. Los nueve del PP no quisieron apoyar un candidato propio y optaron por introducir una papeleta en blanco en la urna.


En su discurso, Gracia no olvidó de dónde viene. Apeló a su origen, un territorio de frontera cercano a Cataluña, donde la convivencia personal, comercial, cultural y lingüística enseña, dijo, "la necesidad de atender y valorar las razones del otro".


Pero sobre todo habló del valor del mundo rural (él es alcalde de un pueblo de 314 habitantes) en una cultura mayoritariamente urbana. "Trabajaremos sobre todo por ese medio rural", declaró, porque los pueblos pequeños, "quizá poco rentables en lo económico, provocan una rentabilidad social que se traduce en calidad de vida".


El presidente reclamó un reconocimiento para ellos, por sus aportaciones y sacrificios, porque han tenido que soportar infraestructuras energéticas y presas y someterse a las servidumbres de los paisajes protegidos. Dijo que si la provincia hizo un esfuerzo en su día por conquistar el desierto físico y demográfico gracias a los regadíos, "no debemos dejar que ahora se nos genere otro desierto poblacional, con la desaparición de núcleos habitados que nos abocan a montañas desérticas".


También tuvo palabras de agradecimiento para alcaldes y concejales, "sean del color que sean", que se dedican "con una generosidad y responsabilidad dignas de elogio, a construir lo público".


Gracia lleva 16 años como diputado y antes ya fue jefe de gabinete en el último mandato de Marcelino Iglesias, al que recordó. Figuraba entre los invitados que se sentaron en primera fila junto a Fernando García Vicente, Justicia de Aragón; Antonio Cosculluela, presidente de las Cortes; Luis Felipe, alcalde de Huesca; y Roberto Bermúdez de Castro, consejero de Presidencia. Además de familiares de los diputados, se pudo ver en el acto de investidura a muchos alcaldes de la provincia. El PSOE exhibió su recuperado poder municipal, representado por los primeros ediles de Monzón, Binéfar, Sabiñánigo o Fraga.

Elisa Sancho, vicepresidenta

Los socialistas gobernarán en solitario, con 12 diputados, a uno de la mayoría absoluta. Las negociaciones con Cambiar Huesca no han llegado a buen puerto, ya que ambos estaban de acuerdo en poner límites a infraestructuras con un grave coste ambiental, pero los últimos exigían mención expresa en el documento a obras como el embalse de Biscarrués, la unión de estaciones o la Travesía Central por el Pirineo, a lo que los socialistas se opusieron.


Tampoco se cuenta por ahora con el Partido Aragonés, al que sí integró el PSOE en su gobierno entre los años 2011 y 2015 pese a tener mayoría absoluta. Así pues, Miguel Gracia nombrará antes de 15 días a los responsables de área entre los 12 miembros de su grupo. Solo habrá una vicepresidencia, a diferencia del pasado mandato, que desde ayer ocupa Elisa Sancho.

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