París defiende el valor del tiempo

Las colecciones de Lanvin y Agnès b apostaron por tendencias masculinas que huyen de lo efímero.

París defiende el valor del tiempo
París defiende el valor del tiempo

Mantenerse en su tiempo, sí, pero sin caer en el frenesí de unas tendencias efímeras es lo que defendieron ayer, en la última jornada de la Semana de la Moda Masculina de París, las colecciones de primavera-verano de las francesas Lanvin y Agnès b.


"Cuando no tienes una semana de la moda, sino un mes o una era de moda, ¿cómo hacer que la gente se acuerde de lo que presentas?", se preguntó el director artístico de Lanvin, el israelí Alber Elbaz, a la salida de su desfile en la Escuela de Bellas Artes. Esta fue la premisa que marcó la concepción de una colección en la que "cada pieza es considerada especial", según detalló el responsable de la línea masculina, el holandés Lucas Ossendrijver.


Si los pantalones cortos se ajustaron a la pierna, aunque sin llegar a ser mallas de ciclista, las mangas se arremangaron para descubrir la capa inferior. La relación de la vestimenta con el volumen del cuerpo imprimió dinamismo a un recital que compaginó los pantalones anchos y las americanas largas con las camisetas y camisas escotadas y las cinturas marcadas. Entre los complementos que Lanvin propuso sobresalió el bolso bandolera semicircular que los modelos llevaron a la espalda, como si se tratase de una mochila, y las sandalias de plataforma.


La diseñadora francesa Agnès Troublé, cabeza y manos de la casa Agnès b., fue otra de las protagonistas de la jornada. Propuso ayer un "elogio al trabajo" con una colección en que incluyó monos, trajes de ejecutivo y variantes del uniforme. Denunció que otras empresas adquieran prendas a un coste muy reducido en países donde la mano de obra es barata para revenderla a precios elevados.


Troublé presentó una colección estival destinada a pervivir en el tiempo gracias a la calidad de sus materiales, según destacó. Los llamativos amarillo limón, rojo pasión o azul celeste impregnaron de alegría una pasarela en la que también brillaron las solapas plateadas o doradas y ondearon las camisas de flores.


El diseñador japonés Rynshu también sorprendió con la paleta cromática y lo hizo gracias al rosa fucsia, que combinó con negro, blanco u otras tonalidades violáceas en conjuntos de pantalones rasgados con cremalleras. Saint Laurent fue la casa encargada de clausurar esta Semana.

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