Jaca despide a la madre y al bebé muertos en el avión de los Alpes
El funeral por Marina Bandrés y su hijo de ocho meses se celebró ayer en la catedral.
La ceremonia religiosa estuvo presidida por el obispo, Julián Ruiz, y oficiada por seis sacerdotes. A la misma asistieron numerosas personas, que quisieron recordar a Marina Bandrés y a Julián y arropar a sus padres, a su marido y a su hermana. Durante la misa hubo lecturas en castellano y en polaco, ya que el marido es de esta nacionalidad, y al concluir el obispo pronunció unas palabras en inglés dirigidas a las personas que habían llegado desde Reino Unido. Ella vino a España en marzo con su bebé para asistir al entierro de un tío y de regreso decidió en el último momento tomar un vuelo a Dusseldorf al no conseguir billete directo para Mánchester, ya que quería volver a casa lo antes posible.
Uno de los momentos más emotivos del funeral se vivió cuando, ya fuera de la catedral, en la lonja, se le cantó una jota de despedida. La pareja se conoció en la escuela de cine y televisión de la ciudad inglesa, pero se casó en Jaca, ciudad a la que regresaban siempre que podían.