Con el tenis en las venas

Es una de las personas que ha contribuido al crecimiento del deporte aragonés. Sin él y sin otros muchos como él desde distintos puestos de trabajo no hubiera llegado a ser este la espléndida realidad que es en la actualidad. Ahora cuando ha llegado el día de su jubilación como director técnico y deportivo del Real Zaragoza Club de Tenis, cargo que ha ejercido con acierto durante varias décadas, es el momento de echar la vista hacia atrás y repasar una trayectoria bien conocida en el mundo del tenis.

Dio los primeros raquetazos en el Stadium Venecia, pero ya a los 18 años ascendió a segunda categoría nacional como jugador del RZCT. A los 19 se inició como entrenador creando la primera escuela de tenis del Club de Golf La Peñaza; pero ya en la temporada siguiente pasó al RZCT. "Fue el recordado Fernando Iranzo el que me llamó, fue decisivo en mi vida profesional, me enseñó todo", evoca.

Desde entonces han pasado cuarenta y dos años en los que ha ejercido con notable éxito su carrera en el citado club. "Mi trabajo ha sido coordinar la actividad deportiva y organizar competiciones; pero la mayor parte de mi vida la he pasado en las pistas, no he sido un entrenador de despacho".

Las canchas han sido un vivero de actividad. Bajo su dirección los equipos del club que estaban en Tercera a su llegada, consiguieron militar en la primera categoría nacional y situarse entre los ocho mejores de España. Han aparecido jugadores como Eva Bes, la que alcanzó el más alto nivel, Valls, Pellejero, Molina o Anda. La lista sería interminable; pero quizás lo más interesante a nivel social ha sido el excelente funcionamiento de la escuela que ahora tiene trescientos alumnos y trabaja en doce pistas, siete de ellas cubiertas.

"Estoy orgulloso de haber pertenecido durante más de cuarenta años a un club que está entre los grandes de España y cuyas instalaciones son las mejores. Ha sido un privilegio el haber podido desarrollar toda mi vida profesional en él", afirma Tomás.

Otro aspecto ha sido la organización torneos, unos propios del RZCT y otros en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza. Se recuperó la presencia en el circuito internacional después de la desaparición del Trofeo Fiestas del Pilar, que trajo a las pistas del viejo club, en el paseo de la Mina, a jugadores de la talla de Ian Kodes o de Manolo Santana. Borg, Vilas, Kafelnikov o Bruguera pasaron por Zaragoza en tiempos más recientes.

Sus modernas canchas de la carretera del aeropuerto han acogido numerosos Futures, unos torneos de gran interés y evidente calidad que han permitido apreciar el juego de las más brillantes promesas del tenis internacional. En todo esto Frodi Tomás ha aportado su experiencia y su capacidad de organización. Tantos años están cargados de numerosos recuerdos. "Mi mayor alegría fue el primer ascenso a la máxima categoría nacional con el equipo femenino. Abrimos el camino hacia la élite con jugadoras del club. Estoy también especialmente orgulloso de la organización que hizo el RZCT cuando nos concedieron el campeonato de España Absoluto, que ganó Javier Sánchez Vicario. Tampoco puedo olvidar las veces que hemos acogido el nacional de equipos de club de primera por estar nosotros compitiendo en esa categoría", relata. No siente nostalgia del pasado porque al ser una jubilación parcial seguirá de alguna manera cerca de su club. "Estaré siempre que me lo pidan, para lo que me necesiten porque solo puedo tener hacia el RZCT, sus dirigente y sus socios palabras de agradecimiento", afirma.

El tenis ha sido más que trabajo para Frodi Tomás, ha formado parte de su vida y le ha acompañado desde la infancia. "Estoy con más ilusión que cuando tenía catorce años –asegura el técnico–. En los torneos de veteranos quiero estar entre los mejores de España y seguiré jugando con mis amigos y mis exalumnos, a algunos de los cuales les di sus primeras clases cuando tenían siete años y yo estaba recién llegado al RZCT".

Frodi no es de los que miran hacia atrás con tristeza y piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. "Ahora las instalaciones son mucho mejores, los entrenadores más numerosos y con un nivel muy alto, hay más niños jugando y los conocimientos técnicos han aumentado mucho. Lo único que me da un poco de pena es comprobar que la afición decae a partir de los veinticinco años aunque se recupera en las categorías de veteranos", dice.

Cuarenta largos años después no es un adiós sino acaso una retirada a segunda fila y a una vida más reposada; pero el tenis seguirá corriendo por las venas de Frodi Tomás. Un profesional que ha dejado profunda huella en las canchas de su club y de Aragón.