El zaragozano derrotó ayer en la ronda de semifinales al lituano Kestutis Navickas en tres sets (20-22, 21-16 y 21-13), tras una hora y siete minutos de partido. Abián empezó por debajo en el marcador y tuvo que emplearse a fondo en el segundo set para igualar el choque y, posteriormente, obrar la remontada en la tercera y definitiva manga.

La igualdad fue la tónica predominante durante casi todo el encuentro. Tras el 3-3 en el primer set, el aragonés tuvo que ser atendido por los servicios médicos tras un lance del juego en el que se dañó su rodilla derecha. Sin más consecuencias, el duelo se reanudó y fue Abián quien tomó la iniciativa tras un parcial de 4-0 que le permitió llegar con ventaja al descanso (11-8). Sin embargo, Navickas respondió rápidamente con un 4-0 a su favor (11-11). La igualdad se mantuvo hasta el punto número 17, momento en el que el lituano, tras encadenar varios puntos consecutivos, gozó de tres volantes de set para ganar el primer acto (20-22).

Pablo Abián estaba obligado a reaccionar para forzar el tercer set, y lejos de tirar la toalla, comenzó a volcar su juego en la red con más ahínco, adquiriendo desde el inicio de la segunda manga una ventaja de cuatro puntos (6-2) que amplió a cinco al descanso (11-6). El de Calatayud logró bloquear las embestidas de su rival y mantuvo el acierto en ataque para llevarse el set por 21-16.

En el tercer y definitivo parcial, la fatiga y el cansancio físico rebajaron notablemente la precisión en ataque del jugador lituano y Abián culminó una remontada (21-13) que bien vale su pase a la final de Bakú.