Nadal, ante la revelación
El español se mide hoy con Jack Sock, la gran sorpresa de la presente edición, en los octavos de final.
"Creo que será una pelea excepcional", asegura el joven tenista de Lincoln, poseedor de una potente derecha con la que ha derribado en lo que va de torneo a rivales de la talla del búlgaro Grigor Dimitrov, décimo cabeza de serie, Pablo Carreño y el croata Borna Coric. "Me ha aplastado", confesó el prometedor croata, que recibió hasta 19 derechazos ganadores del estadounidense, un martillo pilón que funciona bien en la tierra batida.
Sock, que en 2010 ganó el Abierto de Estados Unidos en su categoría júnior, llega fresco a Roland Garros porque se perdió todo el inicio de temporada, recuperándose de una operación a la que se sometió a finales de la pasada. Regresó en marzo en Indian Wells y alcanzó los octavos de final, donde perdió frente al suizo Roger Federer, uno de sus ídolos. "Enfrentarme en París contra Nadal es un sueño comparable a jugar frente a Federer en Wimbledon. Son los dos mejores del mundo en esa superficie", afirmó. "Espero que pueda disfrutar y mostrar mi talento en la pista", agregó el jugador, que no pareció impresionado por el desafío de medirse con Nadal. Aunque la calidad del cañonero de Lincoln está fuera de duda, le falta confirmarla cuando las cosas se ponen difícil. No tiene victorias contra rivales del top 10, algo normal a sus 22 años.
Gasquet, por su parte, afrontará a Djokovic por duodécima vez y solo en una ocasión ha logrado vencer al hoy número uno del mundo. Y hace ya ocho años de aquello. El francés era entonces un tenista prometedor, dotado de un talento excepcional y de un elegante revés a una mano que muchos situaban como el paralelo de Nadal. La historia fue diferente para el de Béziers, que a sus 28 años está resignado a no responder a las esperanzas que pesaban sobre sus hombros. En Roland Garros, donde durante años el público francés le aguardaba como el mesías capaz de hacer olvidar a Yannick Noah, nunca ha superado los octavos de final.