La Biblioteca de Aragón celebra sus 25 años de vida cultural

Una exposición y varias mesas redondas, en el programa de actos diseñado para la conmemoración.

El edificio de la Biblioteca de Aragón abrió sus puertas al público en Zaragoza el 11 de junio de 1990 y está, pues, a punto de cumplir 25 años. Para conmemorarlo se ha preparado un calendario de actividades culturales que arranca el próximo lunes, con la inauguración de una muestra en la que se repasa su trayectoria cultural y se resumen sus fondos bibliográficos. Además, se han organizado varias mesas redondas para hablar de ella. En la primera (8 de junio) participarán José Luis Marquina, Hipólito Gómez de las Roces, José Luis de Arce, Concha Vilariño y Ángel Guinda. El 15 de junio será el turno de Javier Villar, Antón Castro, César Muñío y Manuel García Guatas, y el 22 de junio participarán Silvia Ruberte, Sabina Gómez Lostao, Francisco Meléndez, Daniel Nesquens y Carmen Andreu.


El programa incluye también actividades infantiles (concurso de dibujos, cuentacuentos...), encuentros literarios, concurso de minirelatos en 25 palabras y dos jornadas de visitas abiertas con recorrido explicativo a cargo de su director, José Luis Marquina, los días 11 y 25 de junio.


El edificio, obra de los arquitectos Víctor López Cotelo, Carlos Puente Fernández y Javier García Delgado, es una de las obras más emblemáticas realizadas en Zaragoza en la década de los 90. Acoge en su seno no solo a la Biblioteca de Aragón, sino también a la Biblioteca Pública de Zaragoza, el Instituto Bibliográfico Aragónes, la Sección de Coordinación de la Red de Bibliotecas del Gobierno de Aragón y la Oficina del Depósito Legal y del Registro de la Propiedad Intelectual.


Es la infraestructura cultural de mayor uso en la comunidad autónoma, ya que la Biblioteca Pública de Zaragoza, con 228.000 documentos a disposición del usuario, tiene más de 100.000 socios (85.993 adultos y 17.184 niños). Pese a ello, la crisis económica ha sido especialmente dura con el servicio que presta. Este año cuenta con 18.000 euros para comprar libros y 4.000 para publicaciones periódicas; cifras muy alejadas de las que eran frecuentes a finales de la década pasada, cuando se invertía en ello más de 100.000 euros.


El edificio, además, no abre los sábados y restringe algo su horario en los meses de verano. Pero es un organismo cultural muy vivo: el año pasado se realizaron 260.000 préstamos.