El coto que los municipios situados a orillas del Mar de Aragón reclaman desde hace años es por fin una realidad. A partir del 1 de julio, en el embalse de Mequinenza solo se podrá pescar pagando, y más de un tercio de lo que se recaude se destinará la aumentar la vigilancia mediante la contratación de dos guardas rurales. Mientras, los furtivos siguen esquilmando el pantano, y a las dudas sobre si esta fórmula solucionará el problema se suma el temor de los pescadores a que el coto haga que se desplacen Ebro arriba.

La puesta en marcha de un coto de pesca en el que haya que pagar por pescar ha sido largamente demandada por los aficionados, los ayuntamientos y la comarca, que durante años han visto cómo el furtivismo y la basura amenazaban el futuro del Mar de Aragón sin que las administraciones implicadas hicieran nada por evitarlo. De hecho, para que el Gobierno de Aragón accediera a esa petición hubo que esperar a que en 2011 Pablo Munilla fuera nombrado director general de Conservación del Medio Natural.

Munilla se comprometió a crear un coto deportivo, pero el proceso se ha alargado casi cuatro años por las dificultades para llegar a un consenso con todos los afectados y porque antes hubo que cambiar la Ley de Pesca. Finalmente, el pasado mes de febrero el consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, firmó la orden de creación del coto, aunque todavía ha habido que esperar unos meses más para completar toda la tramitación .

El 29 de abril se constituyó la comisión que asesorará al Ejecutivo autonómico y a la Federación Aragonesa de Pesca en todo lo relacionado con la gestión de este espacio de pesca. Entonces se anunció que el coto se pondría en marcha en julio, y esta vez los plazos sí se han cumplido. El próximo día 1 empezarán a venderse los permisos para pescar en el embalse de Mequinenza, y desde esa misma fecha todo el que practique esa actividad sin la autorización correspondiente podrá ser multado.

"Las tablillas para señalizar el coto ya las tenemos y solo falta ir colocándolas en los lugares más importantes –explicó ayer el presidente de los pescadores aragoneses, Víctor Otal–. Los guardas que hemos contratado han empezado a recorrer el pantano para informar a los pescadores, y los permisos podrán comprarse tanto en distintos establecimientos de la zona como en la página web de la Federación (www.fapyc.es)".

Otal se muestra "muy ilusionado" con que el coto por fin se ponga en marcha y destaca que está previsto que el 37% de los ingresos obtenidos con la venta de permisos se destine a aumentar la vigilancia. "Lo primero es sacar a los furtivos del Mar de Aragón", confirma. La Federación ha hecho una estimación "a la baja" y espera que en los primeros seis meses de funcionamiento se recauden 120.000 euros. "Seguramente será más, pero todo redundará en el embalse porque el 90% de los ingresos serán para vigilancia, limpieza, infraestructuras, mejora del hábitat...", insiste el presidente.

Para la lucha contra el furtivismo se contará con dos guardas rurales que se regirán por lo dispuesto para este tipo de personal en la Ley de Seguridad Privada. Aunque el pantano de Mequinenza tiene 442 kilómetros de orilla, Otal asegura que con estos medios puede ser suficiente. "Más de la mitad del perímetro del pantano es inaccesible por tierra, así que en realidad las zonas críticas suman unos 100 kilómetros –señala–. De hecho, hemos contratado 250 horas de vigilancia mensuales, el doble de lo que nos pedía la DGA".

Siempre según las previsiones de la Federación, la siguiente partida en importancia será la de limpieza, que absorberá el 17% de lo recaudado. "La idea es llegar a acuerdo con los seis ayuntamientos del embalse para que amplíen su contrata para limpiar las orillas y nosotros les paguemos la diferencia", señala Otal. Además, otro 15% de los ingresos será para inversiones, aunque inicialmente esa partida se destinará a la señalización del coto y a la colocación de paneles informativos.

Hay que recordar que el propio Gobierno de Aragón ha reconocido ya que el coto no será la "panacea" que solucione todos los problemas del embalse de Mequinenza. Entre los propios pescadores y entre otros colectivos como los agentes de protección de la naturaleza hay dudas sobre la efectividad de esta figura en la lucha contra el furtivismo y la suciedad, a lo que hay que sumar el temor a que la vigilancia en el Mar de Aragón desplace a los pescadores ilegales Ebro arriba.