"Hablar con el Papa es como hacerlo con un hermano mayor"

José Luis López es director de la Oficina Internacional de la Educación Católica.

"Hablar con el Papa es como hacerlo con un hermano mayor"
"Hablar con el Papa es como hacerlo con un hermano mayor"

¿Cuántos kilómetros se hace al año? ¿Más que Fernando Alonso?

No puedo decir que hagamos más viajes que Juan Pablo II, pero sí muchos. Sobre todo, a América. Y ahora que estamos preparando un congreso en Roma, viajamos mucho a la Santa Sede.


Con 44 millones de clientes, normal...

Trabajamos para 44 millones de alumnos de 102 países. Es un volumen importante la presencia de la escuela católica en el mundo.


¿Cómo se convirtió en la cara de la educación católica en el mundo?

En 2011, el primer Congreso Mundial de la Educación Católica se iba a celebrar en Egipto, pero coincidió con la primavera árabe. Yo trabajé 16 años en los Salesianos de Zaragoza y el que fue mi jefe, que fue secretario de la Escuela Católica en España, me lo contó. ¡Y nos trajimos el congreso a Zaragoza! Después me propusieron dirigir la oficina internacional y empecé, junto a la también zaragozana Yolanda Sobrino, a trabajar en este proyecto.


Y ¿cómo se dirige desde aquí una de las mayores ONG del planeta?

¡Benditos sean el Skype y las telecomunicaciones! Cuando salimos de viaje, nos vamos 15 o 20 días y visitamos varios países. Como organización internacional necesitábamos una Fundación y la constituimos aquí y estamos alojados en el Arzobispado de Zaragoza.


¿Son también misioneros?

Más que eso, mediadores. A la escuela católica también le afecta la crisis. Sus fuentes de financiación bajan y nosotros establecemos proyectos para que la unión haga la fuerza. Por ejemplo, si miles de colegios gastan un mismo papel, se ahorra para otros aspectos.


En las 210.000 escuelas que engloba su asociación, de todo habrá, como en la viña del Señor...

Donde ahora mismo tenemos una presencia muy activa es en América, un continente que ha mantenido la religiosidad y, ahora, con el papa Francisco, más.


En otros continentes, ¿es más difícil mantener colegios católicos?

En África, existen gracias a las congregaciones, cuya misión fundamental es la educación. Aunque tienen muchas religiones y etnias, los que son creyentes lo son mucho. Y, para sorpresa de muchos, en Medio Oriente tenemos una presencia importante. El problema de la Escuela Católica, como de la Iglesia, es que no ha tenido un departamento de márquetin y no hemos sabido vendernos.


Pues hoy todo es márquetin...

¡Claro! Cuando una escuela hace una acción, se queda como mucho en el mensaje del domingo en un folletito de la parroquia del barrio. Yo estuve en Haití, donde hay más de 200.000 niños que desayunan y comen gracias a la escuela católica... Eso no se sabe. Y tiene que saberse. No existe Maestros sin Fronteras. Pero ante un desastre, por ejemplo en Nepal, son acogidos por misioneros.


Y en España, ¿por qué chocan la educación pública y la privada?

El debate no debe ser si una u otra, es elección de los padres. Deben convivir las dos. En España hay más de 2.000 escuelas católicas llenas. Si todos fueran funcionarios, sería una barbaridad. Me hace gracia que la mitad de los políticos de este país no para de hablar de la pública y ha estudiado en colegios religiosos, igual que sus hijos.


Francisco dice que ama la escuela porque su primera maestra de Primaria le inculcó ese amor. ¿Cuál es su motivo?

Mi principal motivo para trabajar en la escuela católica fue lo que yo vi en Haití. Me gustaría que mi hijo, de 8 años, cuando sea un poco mayor, comparta con nosotros uno de nuestros viajes. No para que vea necesidad, sino para que compruebe lo que nos sobra.


¿Está el mundo hoy católico?

Está más pro Francisco que católico. Pero el Papa lo está consiguiendo. Hablar con él es como hacerlo con un hermano mayor.


¿Por qué reza usted?

Por los que tienen menos que yo.

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