Expertos de todo el mundo diseñan en Zaragoza el perfil del agrónomo del siglo XXI

La capital aragonesa es desde ayer y hasta mañana el centro de debate y análisis sobre cuál es la formación necesaria para hacer frente a los retos a los que debe enfrentarse la agricultura del siglo XIX. Ochenta expertos procedentes de los más prestigiosos centros de formación agraria y universidades de 27 países de los cinco continentes se dan cita en el Instituto Agrónomico del Mediterráneo de Zaragoza (IAMZ), que acoge una conferencia internacional cuyo objetivo es debatir y diseñar los principios que tienen que regir el currículo de los futuros ingenieros agrónomos para afrontar y dar solución a una agricultura que responda a las demandas de la sociedad, "que exige alimentos seguros y suficientes producidos con técnicas que garanticen la sostenibilidad del sistema".

Así lo explicó ayer el director del IAMZ, Ignacio Romagosa, que destacó que es la primera vez que se celebra en España un encuentro de este nivel y características, en el que participan el Centro Internacional de Altos Estudios Agrónomicos del Mediterráneo (organización intergubernamental creada en 1962 bajo los auspicios del Consejo de Europa y la OCDE y a la que pertenece el instituto zaragozano), la asociación de universidades europeas de Ciencia de la Vida (ICA); la confederación global de asociaciones de enseñanza superior para Agricultura y Ciencias de Vida, la Unión por el Mediterráneo (una asociación multilateral de 43 países de Europa y de la cuenca mediterránea, entre los que se incluyen los 28 Estados miembros de la Unión Europea y 15 países asociados del Mediterráneo desde el norte de África, el Oriente Medio y el sudeste de Europa) y el centro de investigación húngaro para las ciencias agrícolas.

Durante la primera jornada de este encuentro los ponentes dejaron claro que la agricultura del futuro tiene que caminar hacia sistemas intensivos de producción. "Se necesita el doble de alimentos, con el doble de calidad para el doble de personas y esto hay que conseguirlo con la mitad de la superficie cultivada", expuso la representante de la OCDE, Catherine Moreddu. Un aspecto en el que también incidió Inés Mínguez, de la Universidad de Madrid. Y analizaron hasta qué punto la formación actual está preparando a unos agrónomos capaces de dar respuesta a una agricultura que se enfrenta además a una presencia cada vez más intensa de la electrónica aplicada al campo o del uso de la biotecnología.

"Cada vez hay más herramientas y más conocimiento y por eso los paradigmas educativos cambian. Antes lo fundamental era proporcionar información, ahora el objetivo es enseñar a manejar esa información", resumió el director del IAMZ.