Tesoros de papel viejo en París

En París se celebró el Salón Internacional del Libro Raro y Autógrafo, el evento más importante del mundo en el ámbito del patrimonio escrito y gráfico.

Jorge Luis Borges.
Tesoros de papel viejo en París
Archivo.

París siempre es una buena idea, pero pasar el 23 de abril en el Salón Internacional del Libro Raro y Autógrafo es mejor. Este año tuve la suerte de ser invitada por Ignacio Asín, propietario de la librería anticuaria Luces de Bohemia, una de las más prestigiosas de España y miembro de la asociación ILABLILA a la capital francesa, donde bajo el techo de cristal del Grand Palais se celebraba el Salón Internacional del Libro Raro y Autógrafo, el evento más importante del mundo en el ámbito del patrimonio escrito y gráfico, que reúne a 150 expositores procedentes de todo el mundo, así como a 50 galeristas de estampas y dibujos; a los cuales se suman profesionales y aficionados entusiastas: libreros, galerías, editoriales especializadas, coleccionistas, académicos, o simplemente curiosos, que buscan descubrir en esta feria tesoros ocultos y únicos.


Hacía apenas una semana que habíamos terminado la feria del libro antiguo de Zaragoza, pero estamos hablando de dos ligas totalmente diferentes. Si en nuestra ciudad se podían encontrar bellos ejemplares patrios, París ofrece todas las mejores joyas que la humanidad ha producido. El mundo de los bibliófilos no sólo es para la gente adinerada, ya que si bien es cierto que en esta feria se podían encontrar grandes códices valorados en casi un millón de euros, también existe un departamento dedicado a la introducción a la bibliofilia con magníficos textos asequibles a economías más modestas.


Cuando hablamos de este mundo hemos de entender que en la mayoría de las ocasiones el coleccionista no busca el contenido del libro en sí, sino el libro como objeto artístico, donde se valora autor, época, papel, iluminación, encuadernación o los grabados. Cabe destacar que cuando nos referimos a bibliofilia, no se trata ya únicamente de ejemplares muy antiguos, sino que es sorprendente cómo autores recientes son cada vez más cotizados, alcanzando precios astronómicos, tal es el caso del manuscrito de Jorge Luis Borges de su cuento ‘Emma Zunz’, de apenas tres pliegos, valorado en más de 100.000 euros del librero argentino Victor Aizenman.


Es necesario señalar que dentro de la bibliofilia uno de los aspectos más destacados es el fetichismo, siendo especialmente los documentos autografos los más buscados. En el Salón pudimos encontrar cartas, cuentos o fotografías firmadas por personalidades como Luis XVI, Charles Chaplin, Einstein o Georges Remi.


La feria tiene otros aspectos interesantes, porque a veces paseando por sus pasillos, mientras se escucha un concierto en directo, uno puede tropezarse con bibliófilos de la talla de Arturo Pérez Reverte o Umberto Eco, quien nunca pierde la oportunidad de asistir a este tipo de eventos. En España, como en la mayoría de los países, el número de los bibliófilos ha ido transformándose. Las grandes bibliotecas privadas se han ido diluyendo en instituciones públicas, que pueden acceder a los libros más exquisitos, esta feria, sin embargo, reúne al coleccionista privado que busca esa pieza rarísima y única que todavía no ha desaparecido del mercado.


Ciertamente estos precios no están al alcance de cualquiera, pero solamente el poder tener la posibilidad de contemplar dichos documentos es un lujo que compensa el viaje y la entrada a dicho espacio para los que sufrimos esta enfermedad de amor al libro antiguo.