Los técnicos municipales decidieron ayer conceder el indulto y salvar de la piqueta al
edificio ubicado en el número 36 de la calle de Miguel de Ara del Gancho, del que fueron desalojadas de urgencia dos familias en la madrugada del pasado sábado tras desprenderse parte del alero y producirse un pequeño colapso en la cubierta. Aunque el inmueble fue declarado "inhabitable" y todo hacía prever una orden de demolición, tras practicar una minuciosa inspección del inmueble, del sótano a la cubierta, vivienda por vivienda, dos arquitectos municipales llegaron a la conclusión de que puede ser rehabilitado.
El anuncio hizo respirar aliviados a los inquilinos de los seis pisos que hay en el bloque actualmente hay cuatro habitados, ya que además de conservar sus hogares podrán volver a ocuparlos a partir de mañana.
Ante el riesgo de que pudieran seguir produciéndose desprendimientos en el edificio, los técnicos municipales adoptaron el sábado decisiones urgentes: prohibieron el acceso al bloque y apuntalaron la fachada siniestrada. Con la misma prontitud actuaron ayer, ya que, una vez descartada la demolición, Urbanismo lo dispuso todo para comenzar las obras de inmediato. De hecho, ya se ha contactado con una empresa especializada para que hoy mismo se retiren los andamios que colocaron los Bomberos y se empiece a levantar el andamiaje necesario para acometer los trabajos en la cubierta.
Expediente abierto desde 2013
Una de las vecinas desalojadas el sábado reconocía horas después del derrumbe que llevaban años con problemas goteras, pequeños desprendimientos, grietas en la escalera... y que el Ayuntamiento ya les había advertido de la necesidad de subsanar los desperfectos. Sin embargo, como recordaba ayer el jefe del Servicio de Inspección Urbanística, Miguel Ángel Abadía, todos los llamamientos habían sido hasta ahora desatendidos.
"Aquí hay un expediente abierto desde 2013, pero hasta la fecha no se ha hecho nada. Y eso hace que los daños se vayan agravando cada vez más hasta llegar a esta situación", decía. Aunque para entonces aún no se había tomado la decisión de rehabilitar la casa, Abadía ya adelantaba que, si las circunstancias lo aconsejaban, el Consistorio asumiría la ejecución subsidiaria de los trabajos de consolidación. "Es un procedimiento bastante habitual, el Ayuntamiento se encarga de las obras y luego repercute el coste a los propietarios", indicaba este responsables municipal.
Además de las personas que tuvieron que abandonar el sábado sus casas con lo puesto, entre los convocados este lunes por los técnicos se encontraba Luis Javier Nadal, al que su abuelo dejó en herencia el bloque siniestrado. "Lo heredamos mis dos hermanos y unos primos, pero dos pisos han sido ya vendidos", comentaba este joven. En cuanto a los requerimientos formulados durante los últimos años por el Ayuntamiento para reformar la casa, Nadal admitía que les habían dado algún presupuesto, pero decía que no se habían llegado a poner de acuerdo para ejecutar las obras.