El menor agredido en Tauste continúa en coma inducido y su estado de salud se ha complicado

El joven de 17 años recibió una paliza en un bar y permaneció varias horas en una consulta vacía del centro de salud sin que se percatasen de su presencia.

El joven vecino de Pradilla de Ebro que en la madrugada del pasado sábado fue agredido en un bar de copas de Tauste permanece en el Hospital Clínico de Zaragoza en estado muy grave. Los médicos lo mantienen en coma inducido para intentar que su cerebro se recupere de la lesión craneoencefálica que le causaron los agresores. Sin embargo, ayer su estado se complicó con una neumonía, por lo que su familia mostró una honda preocupación.


El suceso se produjo en la madrugada del 25 de abril. El chico, de 17 años, coincidió con su tío, Iñaki E., de 35, en bar Papo’s de Tauste, en el que también estaban Mariano C. F., de 29 años, y Álvaro C. B., de 24, vecinos de Ejea y Pedrola, respectivamente, a quienes no conocían de nada.


Al parecer y tras un roce sin demasiada importancia, estas dos personas –que están en libertad provisional imputadas por delito de lesiones– se acercaron al adulto y le propinaron un golpe en la cabeza con una botella que hizo que se desplomara en el suelo inconsciente. Después, agredieron al menor con patadas y puñetazos por todo el cuerpo, según explicó la Guardia Civil. Acto seguido los autores abandonaron el lugar dejando a las víctimas en el suelo.


Tras recuperarse, acudieron al centro de salud de la localidad, sobre todo para que aplicaran puntos de sutura en la brecha que el adulto llevaba en la cabeza ya que, aparentemente, el menor se encontraba bien. Pero cuando estaban atendiendo a Iñaki E., el joven, probablemente ya desorientado por la lesión cerebral que sufría, entró en una sala del ambulatorio que estaba vacía y se desmayó sin que nadie se percatase de lo que le estaba pasando.


Al terminar de curar a Iñaki E., este se fue a casa pensando que su sobrino había hecho lo propio y los sanitarios del centro de salud se fueron a dormir. El menor quedó en el suelo inconsciente y allí permaneció hasta las 9.00, cuando lo encontraron de forma casual. Pero la cosa no mejoró ya que, según explicó la familia, el médico que le atendió pensaba que se encontraba así a causa del alcohol o de las drogas y decidieron avisar a los padres para que fueran a recogerlo.


Cuando estos salieron del ambulatorio con su hijo, este ya sufría convulsiones y se vieron obligados a regresar al centro de salud. De nuevo les dijeron que era producto del consumo de tóxicos, pero que como no tenían allí modo de averiguarlo, había que enviarlo a Zaragoza, donde llegó en una uvimóvil al Clínico y allí permanece.


"Todos esperamos que salga adelante. Es un chaval y los que le pegaron son dos tipos grandes y corpulentos, que están en forma y le doblan la altura porque se dedican a concursos de roscadores", decía ayer una tía del herido.