2. El nuevo obispo de Barbastro prepara un plan para resolver el litigio del arte

Ángel Pérez Pueyo pide la opinión a 40 implicados en el conflicto y perfila la creación de una comisión de expertos.

Ángel Pérez Pueyo tomó posesión como obispo de Barbastro-Monzón el pasado 22 de febrero.
Ángel Pérez Pueyo tomó posesión como obispo de Barbastro-Monzón el pasado 22 de febrero.
rafael gobantes

No será por no intentarlo. Ángel Pérez Pueyo tomó posesión como obispo de Barbastro-Monzón hace solo dos meses, pero ya se ha puesto manos a la obra para tratar de desbloquear el largo y complejo litigio que la diócesis mantiene desde hace casi dos décadas con la de Lérida, en cuyo museo permanecen retenidos 112 bienes de arte sacro procedentes de las parroquias altoaragonesas. Para empezar, ha pedido información a decenas de personas conocedoras del conflicto desde distintas perspectivas y, posteriormente, pretende crear una comisión de expertos en la que decidir qué estrategia sigue el obispado para lograr lo que ninguno de sus antecesores ha podido conseguir: que las piezas vuelvan por fin a Aragón.


Sus primeros pasos no son una sorpresa, ya que incluso antes de hacerse cargo de la diócesis mostró su intención de "involucrar a todo el mundo" en la búsqueda de una solución, para lo cual quería contar con toda la información posible. Dicho y hecho. En las escasas semanas que lleva al frente del obispado, ya ha contactado con "unas 40 personas" para "conocer de primera mano la realidad de asunto" a través de quienes de una u otra forma tienen relación con esta disputa. Por ello, se ha dirigido a juristas, alcaldes de los municipios afectados, párrocos, etc. para que le hagan llegar tanto su visión sobre el estado actual de la cuestión como sus propuestas para la resolución de la misma.


Una vez que reciba todas sus contestaciones –que les ha solicitado por escrito–, analizará la información recabada dentro de ese completo dosier en el que también ocupará un lugar "fundamental" el informe sobre el caso que espera de Roma. Cabe recordar que antes de abandonar la capital italiana para tomar posesión como obispo, Pérez Pueyo ya hizo varias diligencias ante la Santa Sede. Se entrevistó con el secretario de Estado, Pietro Parolin, en enero y le pidió la documentación sobre este espinoso asunto que la Iglesia no ha sabido todavía cerrar satisfactoriamente.


Tras esta primera fase informativa, el siguiente paso de la hoja de ruta, explica el prelado, será constituir una comisión de expertos en materia jurídica, de patrimonio, etc. Con su asesoramiento explorará las posibles vías y diseñará la estrategia más adecuada para lograr el propósito de la ansiada vuelta del patrimonio retenido en el Museo Diocesano de Lérida.


"De momento estoy recorriendo la diócesis para conocerla y en la zona afectada surge el asunto. Yo escucho la sensibilidad de los párrocos y la gente de los pueblos porque es un tema que me interesa", comenta el obispo, al tiempo que reitera: "En nuestra mente está seguir trabajando. Vamos a pelearlo". No obstante, advierte de que "no hay que correr, porque todo tiene su tiempo". Por ello, no se ha marcado plazos para cumplir con cada paso de su plan.

Pide tiempo a la DGA

Precisamente para poner disponer de todas las claves, a su llegada Pérez Pueyo pidió tiempo al Gobierno de Aragón antes de retomar el estudio de la vía que la presidenta Luisa Fernanda Rudi propuso hace casi dos años a su antecesor, Alfonso Milián, y a su homólogo de Huesca, Julián Ruiz (también hay en Lérida obras de Bernegal y Peralta de Alcofea). Consistía en que las diócesis cedieran al Ejecutivo autonómico los derechos sobre las obras para reclamarlas en los tribunales en su nombre, pero ambos prelados se opusieron. Las partes coinciden en que el relevo en Barbastro ha hecho que no se hayan retomado esas conversaciones de manera oficial. Unos y otros afirman que la relación es ahora "cordial", tras los roces que surgieron a raíz de la negativa eclesiástica.


Además, Pérez Pueyo recuerda que en el proceso también influirá la anunciada sucesión en la diócesis de Lérida, ya que Joan Piris presentó en septiembre su renuncia al cargo por razón de edad. "Ese cambio también marcará la línea", afirma, a la espera de conocer el nombre de su futuro interlocutor.