Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La familia cree que hubo errores cuando por fin se asistió al joven y la DGA abre una investigación

Los familiares aseguran que el menor fue enviado a casa cuando ya convulsionaba y el Salud lo niega y dice que de entrada no ha detectado negligencias.

Los familiares del menor agredido en Tauste asumen que el hecho de que pasase varias horas inconsciente en el centro de salud sin que nadie se enterara pudo deberse a un cúmulo de fatalidades –aunque se quejan de que, por ejemplo, la sala donde se metió estuviera abierta–. No obstante, los allegados de este vecino de Pradilla creen que, una vez que el joven fue encontrado, la atención que recibió fue negligente.


Los familiares con los que habló ayer este periódico contaron que, cuando su padre llegó para llevárselo, el joven estaba "tirado" en el suelo "sin ropa" y ya sufría convulsiones, hasta el punto de que para meterlo en el vehículo familiar hicieron falta "tres personas" porque no podían con él por lo "tenso" que estaba. "Pese a todo le dijeron que estaba bebido o drogado y que ya vería como en unas horas les pedía tortilla de patata", señalaron.


Siempre según los allegados consultados, camino de Pradilla el padre dio la vuelta y regresó al centro de salud porque las convulsiones de su hijo eran tan fuertes que "se llegó a caer del asiento" y además empezó a echar "espuma por la boca".


"Tardó en volver unos 15 minutos y otra vez le dijeron que era una sobredosis de droga y que como no tenían para hacerle un análisis de tóxicos lo tenían que mandar a Zaragoza", continuaron. Según detallaron, el menor fue trasladado "atado" para que no se arrancase los goteros y llegó a tragar vómito por no haber sido colocado en una posición de seguridad, lo que podría estar provocando se su estado se agrave por la fiebre.


Sin embargo, fuentes del Departamento de Sanidad de la DGA negaron ayer rotundamente que el menor convulsionara cuando fue enviado a casa y aseguraron que fue cuando su padre volvió con él al centro de salud cuando se vio que había empeorado. Además, indicaron que eso sucedió "bastante tiempo" después de que se lo llevara la primera vez.


Las mismas fuentes subrayaron que el facultativo que le atendió no sabía que el joven había sido agredido –el padre también lo desconocía–; que el menor se encontraba en un acentuado estado de embriaguez; y que se metió en una sala que estaba vacía y se encuentra fuera de la zona de urgencias. "El grupo con el que acudió se marchó y el médico siguió en su puesto hasta que en torno a las 9.00 lo encontró", indicaron.


El Salud ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido, pero desde el Departamento de Sanidad recalcan que, a falta de las conclusiones definitivas, "de entrada no se aprecia ninguna negligencia por parte del personal sanitario que atendió al menor"