El fiscal retira la acusación de prevaricación a la exconsejera Noeno

Tras oír a testigos que no declararon en la instrucción judicial, dice que no hay pruebas contra la exresponsable sanitaria y el exgerente del Salud.

Las pruebas testificales que ayer se practicaron en el juicio contra la exconsejera de Sanidad María Luisa Noeno, el exgerente del Salud Antonio Brun y la exgerente del Sector Sanitario II Ana Sesé, resultaron determinantes para que el fiscal retirara la acusación que mantenía contra los dos primeros por prevaricación administrativa. El ministerio público –que hasta ahora no había oído a la mayoría de testigos que ayer desfilaron ante la juez de lo Penal número 3 porque tampoco lo hicieron ante el juez instructor–, consideró suficientes sus explicaciones y desistió de seguir a acusando a los encausados.


En concreto, el fiscal cree que la exconsejera socialista no actuó injustamente al resolver su propia recusación en el expediente disciplinario que se abrió al doctor José Luis Ansón. Del mismo modo, entiende que el cese de la esposa de este no fue producto de una venganza de Antonio Brun por la denuncia por injurias que presentó Ansón contra él, sino que fue una consecuencia de la reorganización de las subdirecciones médicas del Hospital Miguel Servet que se llevó a cabo en 2006.


Para el representante del ministerio público, como mantuvieron a lo largo del proceso los letrados defensores de los acusados Carmina Mayor, Yolanda Mompel y Pedro Santisteve, las sentencias que anularon el cese de la mujer de Ansón y el expediente disciplinario abierto por entender que ambos fueron imparciales, no presuponen una culpabilidad de sus clientes. Además, todos resaltaron que tanto en el pleito de la jurisdicción social como en la contencioso-administrativo no se practicó apenas prueba. Añadieron que de haber sido así, habrían llegado a "otra conclusión".


Durante la vista oral celebrada ayer declararon también José Luis Ansón y su mujer. El primero reiteró que la incoación del expediente fue en "represalia" y "venganza" por haber denunciado el mal estado de las torres de refrigeración del Clínico durante el brote de legionela de 2004, que causó la muerte a siete personas.


"Yo lo denuncie, hubo muchos informes y la prensa se hizo eco de ellos durante mucho tiempo", recordó. Añadió que escribió tanto a Noeno como a Brun pero ninguno contestó sus argumentos. "Elevé mis quejas al Justicia de Aragón, hablé con los representantes de las Cortes, grupos políticos, sindicatos... Todo esto molestó a Noeno", insistió.


Por su parte, su mujer, a la que comunicaron su cese como subdirectora médica del Servet con un día de antelación a la apertura del expediente contra su marido, declaró que no tiene ninguna duda que una cosa y otra estuvieron relacionadas, sobre todo después de que ella declarara contra Brun en el juicio de falta por injurias. Su letrado, David Esteban, mantuvo la acusación contra los tres por prevaricación y pidió 8 años de inhabilitación para Sesé y Brun y 18 para Noeno, y una indemnización de 18.000 euros para cada uno. El letrado alegó que no se pueden obviar las sentencias judiciales que cuestionaron su forma de actuar.