El edificio destinado a ser un centro de cultivos agroenergéticos se repara antes de estrenarse

El INIA acaba de adjudicar las obras para la reparación de la cubierta por 13.000 euros.
El objetivo es ahora ceder el inmueble a la DGA, aunque no se sabe todavía su destino.

El edificio construido en el polígono Platea inicialmente para albergar un centro experimental de cultivos agroenergéticos tendrá que ser sometido a obras de reparación, a pesar de que nunca ha llegado a estrenarse. El Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), organismo del que depende, acaba de adjudicar un proyecto para restaurar la cubierta del inmueble, deteriorada por el paso del tiempo y la falta de uso. En esta actuación se van a invertir 13.000 euros y tiene un plazo de ejecución de tres meses.


Se da la paradoja de que este edificio, en cuya construcción se invirtieron 2,4 millones de euros, se encuentra cerrado desde que terminaron las obras hace cinco años y, además, no tiene fecha de apertura. El centro fue financiado con cargo al Plan de Actuación Específico para Teruel (PAET).


Tampoco está claramente definido su destino final, ya que en 2011 el director del INIA –institución dependiente del Ministerio de Economía– anunció el replanteamiento de la iniciativa al haber desaparecido las primas que se concedían a los cultivos energéticos y, por tanto, al escaso interés que despertaban tras ello los temas relacionados con la agroenergía. El director mostró entonces su disposición a reorientar el proyecto centrando su enfoque en la investigación de productos agrícolas de calidad y de denominación.

Cesión de uso

Las últimas noticias sobre este edificio se produjeron a finales del año pasado, cuando el consejero de Industria Arturo Aliaga dijo que el Gobierno de Aragón ha solicitado a la Administración central la cesión de este centro experimental para que pase a depender, a su vez, del Centro de Investigación y Tecnología Alimentaria de Aragón (CITA). La opción que se baraja ahora es que la institución habilite un espacio de investigación agropecuaria y ganadera, con especial incidencia en los productos de calidad, como el porcino dedicado a la Denominación de Origen, el queso, el azafrán, el melocotón de Calanda o la trufa. Los estudios estarían financiados con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel, FITE.


En el CITAestán a la espera de hacerse cargo del centro por un periodo determinado de tiempo. Igualmente, tendría que asumir su mantenimiento. Antes, no obstante, confían en que se realice una puesta a punto del edificio, cuyas instalaciones llevan cerradas un lustro, con una intervención integral que repare todos los elementos que han sufrido desperfectos en estos años de falta de uso.

El proyecto para crear un centro experimental de cultivos agroenergéticos se planteó como un elemento dinamizador de la economía de la provincia. De hecho, se habló de una plantilla fija de una decena de trabajadores, que coordinarían el trabajo de varios cientos de investigadores.


El campo de la experimentación agropecuaria abarca una amplia gama de iniciativas. El INIA ha llegado a liderar más de medio centenar de proyectos relacionados con productos de la tierra de Teruel. Solo el jamón de Denominación de Origen ha propiciado una docena de trabajos punteros, con la participación de una cincuentena de investigadores procedentes de diferentes universidades.