Dos jóvenes zaragozanos ganan el premio Global Schindler

El concurso, para alumnos de arquitectura, buscaba soluciones a los problemas urbanísticos de la ciudad china de Shenzhen.

Los jóvenes zaragozanos Diego García y Daniel Ariza, en el centro, tras recibir el premio, junto a tres de los miembros del jurado, Thomas Oetterli, Doreen Hen Liu y Kees Cristiaanse.
Los jóvenes zaragozanos Diego García y Daniel Ariza, en el centro, tras recibir el premio, junto a tres de los miembros del jurado, Thomas Oetterli, Doreen Hen Liu y Kees Cristiaanse.

Daniel Ariza y Diego García Yagüe , dos estudiantes de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, recibieron ayer en China el prestigioso Global Schindler Award 2015. El premio, organizado para estudiantes de arquitectura, lo convoca cada año el fabricante de ascensores Schindler y está dotado con 50.000 euros. El proyecto de Ariza y García era uno de los doce finalistas (europeos, chinos y estadounidenses) elegidos entre los varios cientos de trabajos presentados al certamen. "Se han volcado, han trabajado con una ilusión tremenda y al final el premio ha sido para ellos –aseguraba ayer el tutor del proyecto, Raimundo Bambó–. Las premisas del certamen planteaban unos problemas extremos y ellos han presentado soluciones especulativas pero, a la vez, muy imaginativas".


El concurso pedía soluciones y propuestas para un barrio industrial pero de capa caída de la ciudad china de Shenzhen. Pero el problema era mucho mayor, puesto que Shenzhen, hace 30 años, apenas era una localidad de 15.000 habitantes y hoy es una ciudad de casi 15 millones y con más de 70 rascacielos. En ese contexto, el trabajo de los jóvenes zaragozanos, presentado con el lema de ‘La revolución invisible’, acabó sorprendiendo al jurado, que en su fallo, cosa insólita, aseguraba que la propuesta aragonesa había suscitado encendidos debates entre sus miembros. Y ¿qué soluciones se proponían al caos de esa ciudad china?


"El caos existe en Shenzhen, hay que asumirlo –aseguraba ayer Daniel Ariza a HERALDO tras recibir el premio–. Y quizá también haya que darse cuenta de que al final, la arquitectura no puede resolver determinados fenómenos. No desde una visión pesimista, al contrario. Pero no hay que ignorar el caos o la incertidumbre porque son valiosos conceptos a la hora de proyectar en China. Nos gusta, en ese sentido, la confusión. Por ello hemos optado por una propuesta críptica". Una propuesta que se basaba en entender "la Movilidad como Transporte, Movilidad como Reposo y Movilidad como Vibración". En ese contexto, Daniel Ariza y Diego García plantearon nuevas visiones y conceptos del espacio público. ¿Planteamientos que pueden ser válidos para Zaragoza? Quizá sí, quizá no. Porque la capital aragonesa, según decía ayer Ariza, "es una ciudad cómoda, algo que hoy en día ya es un gran mérito. Pero la movilidad entendida como transporte no está actualizada en Zaragoza. Habría que sincronizar el transporte público, apoyándose en la tecnología. Urbanamente es interesante, la historia le respalda. Los espacios generados por el viario y las últimas intervenciones en la ribera son importantes. Pero habría que vivir más la calle".