El futuro euríbor, obligado a reflejar la realidad sin edulcorantes

La UE trabaja en un índice más controlado que se calculará con operaciones reales entre los bancos, evitando los fraudes multimillonarios.

La crisis también ha llegado a tambalear los cimientos del euríbor, uno de los quebraderos de cabeza de las familias españolas hipotecadas. Para un ciudadano, si baja o sube alguna centésima supone pagar, o ahorrarse, varios euros. Pero para un banco implica jugarse millones. Nadie dudaba de esta referencia, pero las sanciones asumidas por cinco entidades por haber manipulado este índice encendieron todas las alarmas en la Comisión y el Banco Central Europeo (BCE), que se pusieron a trabajar en un nuevo indicador para evitar suspicacias. El proyecto comunitario sigue adelante, pero no será un nuevo índice, sino una revisión del actual, para que sea más transparente y, sobre todo, real.


El futuro euríbor se diferenciará del actual en que su cálculo diario se realizará utilizando las operaciones reales que hayan realizado los bancos para intercambiarse dinero. Y no con referencias ‘virtuales’. Hasta ahora, los 44 bancos europeos que intervenían en su cálculo ofrecían datos sobre a qué interés estarían dispuestos a prestarse dinero. "Ahí es donde podía generarse el fraude", explica Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo de Economistas. Con el euríbor futuro "las entidades tendrán que informar sobre la oferta y la contrapartida exigida por la misma". Es decir, que se calculará con operaciones en firme de intercambio de dinero.


El reglamento en el que se está trabajando para apartar cualquier sombra de sospecha sobre el euríbor delegará funciones de control en la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y en algunos organismos reguladores como podría ser la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "No hace falta un nuevo índice, pero sí que el actual esté más controlado", explica Antonio Pedraza.

"Necesita incorporar más volumen en las operaciones de intercambio de dinero que realicen los bancos europeos", aconseja Jesús Palau, profesor de Esade. "Si la renovación se va a quedar en un nuevo nombre, como Euribor Plus, no valdrá para nada", sostiene Palau. Más allá de la denominación que reciba, el problema es que en los últimos meses, con el mercado bancario casi paralizado, apenas se han formalizado operaciones como para poder calcular un índice parecido a la realidad. Ahora, con la intervención del Banco Central Europeo, parece que la banca vuelve a animarse a prestarse dinero.


Los expertos insisten en que si el euríbor refleja bien la realidad, los ciudadanos hipotecados pueden sentirse más tranquilos. "Lo estamos comprobando estos meses en los que el índice ha caído mucho, al igual que los tipos de interés", concluye Pedraza