Cuando los republicanos conquistaron Belchite en 1937, entre las ruinas solo había un puñado de heridos y dos médicos. Uno de ellos era Pablo Uriel, que no vio publicadas sus memorias hasta 1988 (‘No se fusila en domingo’). Ese estremecedor relato ha inspirado a su yerno, el dibujante Sento (Sento Llobell, Valencia, 1953) a emprender un empeño ciclópeo: la elaboración de tres novelas gráficas basadas en esas vivencias. Casi 450 páginas en las que uno de los mejores dibujantes españoles de cómic de las últimas décadas ofrece un estremecedor relato de la Guerra Civil. Y es que Uriel estuvo a punto de ser fusilado dos veces: primero por el bando franquista por sus simpatías republicanas, y luego por los republicanos por haber combatido con los sublevados. El primero de los álbumes de Sento se publicó en 2013, ‘Un médico novato’ (Salamandra Graphic), y en el cuenta cómo le sorprendió al protagonista el estallido de la guerra en La Rioja, poco después de licenciarse en la Universidad de Zaragoza. El segundo álbum, ‘Atrapado en Belchite’, acaba de ver la luz, y se presenta estos días en el Salón del Cómic de Barcelona. En él, Sento ha convertido en viñetas todo lo que su suegro vivió en Belchite.

"Pablo era una persona especial, diferente, con una calidad humana fuera de órbita –asegura–. Cuando leí sus memorias me impresionaron de tal modo que supe que acabaría convirtiéndolas en una novela gráfica. El problema es que cuando las leí era muy joven y no tenía fuerzas para un trabajo tan enorme. Luego, los encargos que llegaban al estudio me fueron absorbiendo y dejándome sin el tiempo libre necesario para hacerlo". Ha sido ahora, cuando la crisis ha reducido sustancialmente el trabajo, y con Sento en plena madurez creativa, cuando se ha puesto a la tarea. Sin prisa y sin pausa. Espera que el tercer y último volumen, el que cuenta lo que le ocurrió a Uriel siendo prisionero de la República, sus sufrimientos en penales y batallones de prisioneros, llegue a las librerías antes del verano de 2016.

"‘Atrapado en Belchite’ cuenta las experiencias de un médico novato en el frente de una guerra atroz –asegura Sento–. Solo hay que pensar que Pablo Uriel fue el único oficial de su bando que sobrevivió a esa barbaridad que fue la batalla de Belchite. Su relato posee una carga emocional muy fuerte, sus palabras se te suben a la garganta; y, además, está repleto de reflexiones muy humanas".

La primera entrega de la trilogía tuvo gran éxito, y de esta segunda se viene hablando desde hace meses en blogs y webs especializadas. La novela gráfica, por fin, parece tener lectores en España.

"Es una gran suerte –concluye el dibujante–. Hace tan solo unos años parecía que estábamos condenados a ‘hacer Spiderman’ para toda la vida. Yo tengo 60 años ya y no quiero hacer historietas de superhéroes, busco contar otro tipo de cosas. Afortunadamente, la situación ha cambiado mucho en España. Hasta hace poco el cómic era un elemento más de la industria del entretenimiento para niños y jóvenes, pero desde finales de los 80 se ha ido abriendo a los adultos. Hay, también, medios y editoriales atentos a libros más ambiciosos. Ahora que ya soy ‘mayorote’, me apetece hacer este tipo de obras".