Teletrabajo: en mantillas

Teletrabajar es hacer las tareas desde un lugar que no son las instalaciones de la empresa, conectándose a esta gracias a las tecnologías de la información y la comunicación. Aunque los datos disponibles son algo difusos, su implantación en España no parece estar aún muy desarrollada. A pesar de eso, existen ya casos claros de éxito.

Ignacio Novás, jefe de compras de GLP en Repsol, teletrabajando esta semana desde su casa en Zaragoza.
Ignacio Novás, jefe de compras de GLP en Repsol, teletrabajando esta semana desde su casa en Zaragoza.
Aránzazu Navarro

Desde la perspectiva del empleado, no solo hay poca participación en el teletrabajo, sino también una falta de interés e incluso de conocimiento de su existencia, lo que deja a España muy lejos de la media de los países europeos estudiados. Con los empleadores tampoco va mucho mejor. Los proyectos de teletrabajo son escasos y hay mucho por avanzar en la mentalidad de las empresas, especialmente las de pequeño y mediano tamaño, para que el teletrabajo sea una alternativa factible al trabajo tradicional". Esta era en 1999 la situación del teletrabajo en España, según el estudio ‘Electronic Commerce and Telework Trends’ (ECATT), realizado con una muestra de 7.500 ciudadanos y 4.000 empresas de Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Holanda, Irlanda y España.


¿Ha cambiado esa situación? Es difícil saberlo, en parte porque resulta complicado, para empezar, saber qué se entiende por teletrabajo. El artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores habla de "trabajo a distancia" como "aquel en que la prestación de la actividad laboral se realice de manera preponderante en el domicilio del trabajador o en el lugar libremente elegido por este, de modo alternativo a su desarrollo presencial en el centro de trabajo de la empresa".


Pero, según señala la profesora Manuela Pérez, del departamento de Dirección y Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza, el término ‘teletrabajo’ implica, además de la distancia, el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para el desempeño de las tareas por parte del empleado. "El ET habla del trabajo en casa de toda la vida, de fabricar zapatos o cualquier otro artículo en tu domicilio, pero el teletrabajo no es lo mismo. En este no te traen material ni tienes que llevar nada; la información la recibes en un ordenador o un ‘smart-phone’ a través de la red y trabajas donde quieres", detalla. Ni todo el que trabaja en casa es teletrabajador, ni todos los teletrabajadores lo hacen en casa (hay comerciales que viajan, empleados que hacen su labor desde oficinas satélite o centros de recursos compartidos...).


La profesora recuerda que el teletrabajo así definido nació "en los años 80, en EE. UU., cuando hubo un terremoto en Los Ángeles y la gente no podía ir al trabajo, de modo que empezaron a hacerlo desde casa con el ordenador". Pérez elaboró en 2001 la primera tesis empírica sobre el teletrabajo (con más de un centenar de encuestas a empleados) y ha llevado a cabo posteriormente varios estudios más.


A su juicio, la lenta implantación de esta modalidad en nuestro país tiene varias causas. Una es que "la relación laboral no está definida por ninguna ley". "El empresario se pregunta: ¿En qué condiciones te mando a trabajar a casa? ¿Qué gastos te pago? ¿Por qué voy a pagarte una ADSL si también a ratos trabajas en la empresa?..." Por parte de las compañías, indica, hay un "desconocimiento" que hace que se vean "barreras por todas partes, aunque se ha demostrado que el teletrabajador es más productivo".


Las principales pegas son "el control" sobre el desempeño del teletrabajador y "los datos" (que circulen de forma segura y no haya fugas o pérdida de información). Con respecto a lo primero, Pérez se pregunta: "Si te fías de un comercial, que es un teletrabajador móvil, ¿por qué no de alguien que vaya a su casa a hacer el trabajo? Si el trabajador se organiza, cobra por objetivos y se desenvuelve bien con las tecnologías, simplemente es cuestión de organizarse". Para los datos, señala, hay soluciones técnicas que limitan los riesgos. Además, apunta, "la empresa ahorra muchísimo en costes", por ejemplo en infraestructuras.


Manuel Pina, secretario de Acción Sindical de CC. OO. en Aragón, atribuye la dificultad para cuantificar el número de teletrabajadores a que, en realidad, "el tipo de contrato es el mismo si haces tu trabajo en la empresa o en casa, en el modelo de contratación no cambia absolutamente nada". Pina indica que, en Aragón, se usa sobre todo para "telemarketing, departamentos de atención al cliente y según qué servicios de telefonía y banca". El sindicato ha detectado que "puede ser positivo" siempre que esté "perfectamente regulado en convenio en qué condiciones se va a desempeñar (horario, coste y gastos de los medios técnicos, carga de trabajo...)". Pina apunta que, además de ayudar a conciliar trabajo y familia, permite "llevar empleo al medio rural".


Los ‘e-nómadas’ europeos


La quinta ‘Encuesta europea sobre las condiciones de trabajo’, que la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) elaboró en 2010, introducía el término ‘e-nómadas’ para aludir a "trabajadores que no trabajan todo el tiempo en las instalaciones de su empresa y que usan las TIC para su trabajo", que "habitualmente emplean ordenadores, internet o el correo electrónico para su desempeño profesional". Según la encuesta, "una cuarta parte de los trabajadores europeos son e-nómadas", pero el porcentaje varía mucho, desde el 5% en Rumanía o Bulgaria al 40% de Holanda, Dinamarca y Suecia o el 45% de Finlandia.


Eurofound señala además que un 65% de los ‘e-nómadas’ son hombres, un 55,5% tiene estudios superiores y un 45% se encuentra en la franja de edad entre los 35 y los 49 años. Los sectores donde más abundan estos ‘nómadas electrónicos’ son los servicios financieros y otros servicios, la educación y las administraciones públicas. En cuanto al perfil profesional, la mayoría son directivos, profesionales cualificados y técnicos.


En lo relativo a su modo de trabajo, la encuesta señala que, de media, "trabajan más horas, más a menudo los domingos y más frecuentemente por la noche que los otros trabajadores". Uno de cada diez reconoce que trabaja en su tiempo libre casi todos los días para satisfacer las demandas de su empleo.